sábado, 1 de diciembre de 2007

El paripé gana a la eficacia



Hace unos días una amiga y compañera de trabajo me comentó airada (pero sonriente) que había leído el artículo ¿Se cobra menos por ser mujer? publicado en este importante blog y que no estaba de acuerdo con lo que se decía en él. Su experiencia le había hecho comprender que, de modo general, se tendía a infravalorar a las mujeres casadas y/o con hijos.

Lo que ella me contó es cierto, pero yo pienso que no se infravalora laboralmente a la mujer por ser mujer sino por no querer (en mayor grado que el hombre) meterse en la rueda del paripé, por negarse a aceptar horarios absurdos para llevar a cabo tareas que pueden llevarse a cabo en mucho menos tiempo, por defender la eficacia frente a la apariencia, por querer compaginar la vida laboral y la personal.

Yo diría que, tanto si se es hombre como si se es mujer, el que sea crítico con la estupidez instaurada en el mundo laboral y no anteponga su “carrera profesional” (siempre me ha sonado ridícula esta expresión) al resto de cosas que tengan importancia en su vida, no será valorado (salvo raras excepciones) en su empresa.

Yo, como mi compañera, sé que hay quien es capaz de ser mucho más productivo durante siete horas que otros que dilatan su horario a lo largo de nueve o diez que se aderezan con multitud de paradas para tomar café y fumar cigarros, con desayunos de cuarenta minutos o incluso dos horas (yo los he presenciado y los presencio cada semana) y con paseos de aquí para allá con papeles bajo el brazo para aparentar “estar muy liados”.

Es triste que finalmente se promocione a esa gente en detrimento de las madres (y padres, que son menos, pero también los hay) que reducen su jornada a siete horas (y su sueldo) pero que, en general, son más eficaces que la panda de “paripeitors” que pululan por ahí.

Tampoco vamos a decir que todas las personas que se acogen a jornada reducida son eficacísimas y que todos los que no lo hacemos somos unos caraduras. De todo hay en todos lados. Lo que sería deseable es que se valorara a la gente por su profesionalidad real, no por la aparente. Si una persona tiene jornada reducida pero trabaja bien, debería estar mejor valorada que una persona que está en su lugar de trabajo nueve o diez horas pero no da ni golpe (siempre y cuando su nulo esfuerzo sea responsabilidad suya y no resultado de la habitual desorganización que hace que a unos se les encomienden multitud de tareas y a otros se los ignore).

El problema de estas situaciones supongo que radica en que los encargados de hacer las subidas salariales suelen ser personas que no tienen ni idea de cómo trabaja aquel a quien tienen que incrementar o congelar el sueldo y acaban equiparando jornada reducida con falta de compromiso laboral mientras identifican la dilatación del horario con profesionalidad indiscutible. ¡Son tontos! ¡Qué le vamos a hacer! El caso es que esos tontos acaban encumbrando a otros tan necios, o más, que ellos y la bola de estupidez crece y crece.

Me temo que el paripé va ganando la batalla a la eficacia y esto sólo tendrá solución si nos unimos a Chávez en su Revolución Bolivariana.

¡VIVA LA REVOLUCIÓN!
¡ABAJO EL PARIPÉ!

9 comentarios:

Unknown dijo...

Meteorismo,

Grandes realidades las que se cuentan en tu blog.

Día a día se ven personajes de este tipo, personas que se creen jefes por lucir un traje, que les gusta pasearse con papeles más que a un tonto un lápiz, y que se quedan 20 minutos más tarde que tú, para salir los últimos y que les vean, cuando han llegado una hora y media tarde. Desgraciadamente, se valora más hacer el paripé y un buen traje, que el trabajo bien hecho, o también suele pasar, que se piensen los jefes, que son ellos los que hacen el trabajo...


Un saludo,

Bocasecaaaaaa

Meteorismo galáctico dijo...

Estimado Bocaseca:

Además de esos seres amantes del paripé y las corbatas (reconozco que yo también llevo corbata con cierta frecuencia y que hago el paripé con gran maestría), también existen personas que llevan uniforme proletario (camiseta y vaqueros) que tienen la cara de cemento armado. Son personas que llegan tarde, se van pronto, desayunan unas cuantas veces y que saben escurrir el bulto de una manera magistral. El caso es que su comportamiento parece ser ignorado por sus jefes que, al parecer, viven en la inopia y creen que son personas entregadas y profesionales, razón por la que los miman y acceden a casi todas sus peticiones como, por ejemplo, la de no asignarles más trabajo porque “están liadísimos”, cosa que es cierta porque con tanto tocarse los huevos y navegar por Internet, no les queda tiempo para hacer más cosas en las cinco o seis horas netas que pasan sentados en su puesto.

El paripé nos iguala. “Paripean” los ejecutivos y los mindundis.

Jajaja dijo...

Debería ser Antares el que hablara de estas cosas, que es el que controla de sabidurías orientales, pero ya que él no lo hace, me encargaré yo.

El paripé es el yang de la eficiencia. Para que la eficiencia exista debe existir el paripé. Es como con el Bien y el Mal, la Luz y la Oscuridad, Zapatero y Rajoy...

Como diría Mushashi: Meditad sobre ello.

Anónimo dijo...

Creo que quien debería hablar de este tema es el gran Yei Yei, faro del paripé, paradigma de la ineficacia y estandarte de la inoperancia...
"Esijo" que Meteorismo haga un "pos" sobre ese personaje del que tanto aprendimos..

Anónimo dijo...

Estimado y estulto Meteorismo, me he sentido aludido en una de las cosas que has escrito:
“no asignarles más trabajo porque “están liadísimos”, cosa que es cierta porque con tanto tocarse los huevos y navegar por Internet, no les queda tiempo para hacer más cosas en las cinco o seis horas netas que pasan sentados en su puesto”

Te rogaría que no ofendas a ese gran equipo de trabajadores del que formo parte.

Meteorismo galáctico dijo...

Veo que el tema de esta semana ha tenido buena acogida entre los ases del paripé (yo diría que todas las aportaciones se han hecho en horario laboral). Pero, como dice mi querido amigo Antares, nadie supera en capacidad paripeística al gran Yei Yei. Alguien se empeñaba en llamarlo Jota Jota (cosa que le encantaba) y nosotros, que somos bilingües, decidimos llamarle de un modo más universal pronunciando sus iniciales en inglés. Eso sí, nunca le hicimos partícipe de esa versión inglesa de su nombre. De haberse enterado, lo mismo nos habría puesto de vuelta y media diciéndonos eso de: “Me llamo Jota Jota, aquí y en la República Popular de China”.

Yei Yei era especialista en convocar reuniones inútiles en las que avisaba de lo dura que iba a ser la semana siguiente. Incluso recomendaba tomar “dieta blanda” para evitar las cagaleras que la tensión laboral (mezclada con la intestinal) podía provocar en nuestros sensibles “istentinos”.

Otra cosa que se le daba de miedo era aprovecharse de la suerte de poder trabajar en la sede de nuestra empresa o en las oficinas del cliente. Su táctica, como habréis adivinado todos porque seguro que también la ponéis en práctica, consistía en decir a los de su empresa que se iba al cliente y comentar a los que estábamos en las oficinas clientelares que estaría todo el día en nuestra querida empresa matriz. Semejante táctica sólo vale para engañar a los jefes que, por no sé qué razón, suelen ser más tontos de lo normal, pero a nuestra red de mindundis era imposible jugársela porque teníamos informadores en todas partes.

Y con estas leves pinceladas de aquel gran maestro del paripé (creo que ya va por el décimo “dan” en paripé, algo impresionante), dejo el rollo para ir al sofá a ver la tele mientras reposo para expulsar a los virus que ayer se apoderaron de mí pero que, dada mi indiscutible profesionalidad, no han conseguido dejarme postrado en cama sino que me han impulsado a acudir con alegría a mi cita con el ennoblecedor trabajo (mañana ya veremos quién gana).

Anónimo dijo...

Meteorismo, le pido a usté me allude. Tengo sais ijos, cada uno con un padre diferente. Soi rumana, y bibo en la calle.No tengo estudios ni ná, pero travajo como injeniera haeronautica en una gran empresa multinazional diseñando motores a reacción.
Asta el dia de oi, mis compañeros de trabajo no me integran en sus grupos.
digamé usté qué puedo azer. Estoi desesperada. Sé que puedo holer un poco mal y que mis dientes de oro puedan produzir cierto rechazo.

Suya atentamente, Monica Radiuca.

Anónimo dijo...

Meteorismo,

Tengo dos "pos" sin comentarios, "esijo" subsanes esa situación..

Anónimo dijo...

Es curioso que Meteorismo hable y critique el paripe siendo que el es un maestro en este tema de paripear.

Yo aprendi su tecnica y puedo decir que es de lo mejor. =)

Viva el Paripe! Abajo Chavez y su Socialismo del Sigo XXI! Viva George W Bush! (Otro maestro del paripe)