domingo, 30 de septiembre de 2007

Un año más

Pues sí, hoy hace cuarenta y un años que me asomé por primera vez a este mundo (según ciertas teorías esotéricas, tal vez no fuera la primera vez, pero como yo no recuerdo nada de eso, no hablaré de ello).

Para celebrar mi onomástica me he levantado a las siete de la mañana, he puesto un "huevo” mientras escuchaba en la radio los problemas que la lluvia estaba generando en el Gran Premio de Japón (competición que me trae al fresco, por cierto), luego he desayunado unas paletadas de Nutella (mis desayunos son así de cutres), he hecho la camita, me he puesto mis prendas deportivas y me he ido a participar en una carrera popular que ha organizado el BBVA para celebrar sus 150 años de existencia.

Al lado de los 150 años del BBVA, mis cuarenta y uno no parecían tantos y, además, cuando me he puesto a correr, he visto que sigo superando a muchos jovenzuelos. Incluso he llegado antes que la primera mujer clasificada, cosa que me ha hecho pensar en la posibilidad de someterme a una operación de cambio de sexo para poder subir al podium alguna vez en mi vida (también me permitiría participar en Gran Hermano), pero cuando he pensado en los problemas que ha tenido mi hermana (que también ha participado en la carrera) para encontrar un lugar resguardado para poder aligerar su vejiga urinaria, me he dado cuenta de que es mejor seguir con mi actual fisonomía.

Me gustaría hablar hoy de Ansagasti y de Jaime Peñafiel, pero eso me quitaría el protagonismo que merezco en este bello día, así que hablaré de tan egregios representantes del mundo de la necedad en otra ocasión.

Y ahora “esijo” a todo el que pase por aquí que deje su impronta en forma de felicitación a mi estulta persona.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Tontos que no saben que lo son

Tras ver el vídeo que nuestro esporádico colaborador Jump&Benchi ha recomendado a los lectores de Libertad Diodenal, he estado meditando en el retrete (es el lugar más adecuado para tales menesteres) sobre la necedad humana y he decidido ponerme a escribir sobre ello para ver si vosotros, queridos amigos, podéis añadir un poco más de confusión a mi lerda mente.

Confío en que esa gente que cree que Corea está en Australia o que no sabe nombrar un país que comience con la “U”, a pesar de vivir en USA, no sea más numerosa que la gente que sí sabe esas cosas pero, aunque ocurriera lo contrario (que la mayoría de la gente fuera extremadamente ignorante), lo que realmente resulta preocupante es que no sean capaces de reconocer su escasez de conocimientos. El hecho de que, ante una pregunta cuya respuesta se ignora, alguien prefiera responder una burrada a confesar su ignorancia, es lo peligroso. ¿Por qué tenemos tanto miedo a reconocernos ignorantes, lerdos, estultos, necios, etc.?

Sé que los participantes de este blog no tienen miedo alguno a laurearse con esos epítetos, pero hay que reconocer que Libertad Diodenal no representa más que una ínfima porción de la sociedad (de otro modo yo sería famoso y mi brillante calva sería conocida mundialmente).

Estimados amigos y colaboradores de este blog, tenemos mucho trabajo que hacer. La sociedad nos necesita ahora más que nunca. Pregonemos a los cuatro vientos nuestra ignorancia, mostremos al mundo que reconocerse ignorante es el primer paso para llegar a la sabiduría. Hagamos saber a todo el mundo que la necedad es lo único que nos iguala a todos.

¡NECIOS DEL MUNDO, UNÍOS!

martes, 18 de septiembre de 2007

Debates suscitados por "Amor"

Gran Hermano ha llegado para socorrer la sequía temática que asuela (acabo de buscar en el diccionario de la RAE la conjugación de “asolar” y esa es la forma correcta) nuestro querido blog. He estado visitando una web en la que algunos forofos se dedican a colgar vídeos de mi concurso favorito y me he detenido en uno extraído del gran debate que tuvo lugar el pasado domingo moderado por ese gran presentador que es Jordi González.

Algunas de las intelectuales que participan en el sarao, afeaban a Rebeca (la concursante malagueña que ha abandonado el concurso voluntariamente) que se burlase de la condición de transexual de Amor, la concursante majorera (de Fuerteventura, para los que no conozcan este término que saco a colación para mostrar mi amplia cultura), burla que Rebeca justificaba como venganza porque Amor también se metió con ella (¡qué mala es la venganza!).

Entre voces excesivamente altas e interrupciones que indican que en ese debate a nadie le interesa lo que dicen los demás, me pareció que se suscitaban algunos interrogantes: ¿Es correcto que una transexual se camele a unos cuantos heterosexuales (bastante panolis todos ellos) sin confesarles la presencia de un pene en su cuerpo aparentemente femenino? ¿Permite la Constitución que una transexual que aún no está completamente transformada, oculte su situación a un hombre que la cree completamente mujer y que permite que juguetee con su escroto y aledaños?

Me pregunto qué pasará cuando el sujeto que ha quedado prendado de los encantos de Amor, acabe sabiendo que es transexual ¿Aceptará a Amor como la mujer que suponía que era? ¿Montará en cólera pensando que unos cuantos españoles han visto como una transexual le metía mano mientras él gozaba? ¿La atracción que sentía por Amor se trocará en repugnancia al saber la verdad?

Son preguntas cuyas respuestas ignoro pero que me hacen llegar a la conclusión de que Gran Hermano es, más que un concurso, un gran proyecto científico en el que se investigan las reacciones de los seres humanos ante las más variopintas y pintorescas situaciones. Esperemos que, con ayuda de Mercedes Milá, los científicos que trabajan en ese gran proyecto, saquen conclusiones útiles para conseguir que este mundo sea cada vez mejor.

Tras estas loas a Gran Hermano, me permitiré hacer algunas observaciones para mejorar futuras ediciones de modo que sean aún más enriquecedoras, si cabe, para los televidentes:

1-Admitir sólo a concursantes que tengan un vocabulario superior a diez palabras.
2-No admitir a nadie que diga “delante mía” (como hace la propia Mercedes Milá).
3-Que el primer día todos los concursantes se conozcan en pelota picada, así evitaremos confusiones con el sexo de cada cual y los televidentes pasaremos un buen rato.
4-No admitir a fumadores, así se ahorrarán el trabajo de convencerles para que lo dejen.

Aquí dejo mi propuesta de hoy para el debate.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Cavilaciones y desvaríos

Nuevamente atravieso una sequía intelectual y no encuentro un tema adecuado para deleitar (o incordiar) a la concurrencia. Cuando me ocurre esto me pregunto cómo conseguirán los periodistas tener todos los días algo sobre lo que escribir o hablar. ¿Será que no hacen otra cosa que repetir temas? ¿Será que son capaces de contar un rollo a partir de cualquier nimiedad?

Yo mismo era antes bastante más prolífico y podía escribir dos o tres artículos (o cómo quiera que se llame lo que escribo en Libertad Diodenal) semanales. Es cierto que cuando comencé con el blog, “gozaba” de una etapa de aburrimiento laboral que me permitía dedicar al menos ocho horas diarias a navegar por Internet. Esa situación que, tal vez, sea el sueño de mucha gente, para mí llegó a ser insoportable aún a pesar de los buenos frutos en cuanto a promoción de este estulto blog. Gracias a Dios y al aburrimiento, conseguí cambiar de empresa, cambio que acabó desembocando en una situación similar de aburrimiento y nuevo cambio. Ahora, por suerte o porque soy un profesional como la copa de un pino, hago cosas (algunas inútiles, pero no todas) en mi puesto de trabajo y ya no tengo tiempo de dedicarme a esta afición literario-blogera en mi tiempo laboral.

Recuerdo que antes me gustaba mucho meterme con ZP y su plan para disgregar España, también me encantaba participar en el blog de Pepiño Blanco (hasta que me convertí en un proscrito del mismo) y comentar en nuestro blog los elevados pensamientos que allí leía. ETA también ha sido fuente de muchos de mis escritos, pero la verdad es que ya me cansan esos temas (aunque no tengo problema en debatir sobre ellos) y me gustaría escribir sobre alguna otra cosa (siempre fundamentada en la necedad humana, claro).

El caso es que la repetición parece estar en la raíz de todas las cosas: La Tierra da vueltas alrededor del Sol, las cuatro estaciones se suceden, nuestras actividades diarias son rutinarias y repetitivas, votamos cada cuatro años, cagamos una vez al día (algunos no tienen tanta suerte), hacemos la declaración de la renta cada año, nos duchamos cada día (eso no es siempre cierto), vamos a Benidorm cada verano (a pesar de quejarnos de la masificación), vemos Gran Hermano en otoño (aunque lo criticamos y decimos que es telebasura)...

Unos se insertan en ese bucle que parece ser la vida y se dejan llevar de modo que nada cambia (salvo la superficie poblada de pelo y el volumen de las lorzas que rodean la cintura). Otros, en cambio, también insertos en esos ciclos, procuran convertir la circunferencia en una espiral para evitar que todo sea siempre igual. A mí me gustaría salir de esa circunferencia repetitiva y procurar que cada día no sea igual al anterior, pero tengo que reconocer que, para la gente de mente simple como yo, resulta complicado conseguir esa diferencia que evite que nuestra vida sea como lo que se mostraba en aquella película llamada “El día de la marmota”. Supongo que el hecho de no escribir constantemente sobre ZP y ETA es un paso adelante (o no, quién sabe).

Tras releer lo que he escrito, me ha dado la sensación de que la lectura de los artículos de Umbral me ha afectado negativamente y ahora ni yo mismo puedo entender lo que escribo. De todos modos, dejaré aquí mi aportación por si algún director de periódico la ve y decide que esa capacidad mía de escribir sin decir nada es interesante para conseguir lectores.