domingo, 28 de enero de 2007

Lo que el pueblo quiere

No sé si os habéis fijado en la alegría con la que mucha gente (políticos y periodistas sobre todo, pero no sólo ellos) habla acerca de lo que “el pueblo demanda”, de lo que “los ciudadanos piden”, de lo que “necesita la ciudadanía”, etc. Es algo que se escucha con tanta frecuencia que, tal vez por eso, pocos se preguntan cómo puede saberse con tanta claridad lo que queremos (sobre todo cuando unos están seguros de que queremos una cosa y los otros de que queremos la contraria).

Cada vez que hay una manifestación más o menos masiva, los organizadores solicitan (les gusta más "exigir")al gobierno de turno que “escuche al pueblo”, que haga lo que “todos” solicitan.

Si en Madrid se manifiestan cien o doscientas mil personas (con la pertinente multiplicación de esas cantidades por el factor apropiado para llegar a la cifra que cada cual quiera manejar), tiende a hablarse de “clamor popular” o a decirse cosas como: “toda España se ha echado a la calle”.

Pero yo me pregunto ¿cuánta gente vive en Madrid? ¿Cuatro millones? ¿Cinco? No lo sé, pero sí sé que doscientas mil personas, con ser muchas (muchísimas), no son “todo el pueblo”. Somos más los que nos quedamos en casa y de los que es imposible saber qué opinión tenemos sobre lo que se pretende dirimir en la calle.

De todos modos, cuando hay manifestaciones, hay datos a los que se pueden agarrar quienes defienden que “el pueblo” está a favor o en contra de ciertas cosas. Lo curioso es que no es necesario contar con encuestas o ver a la masa ocupando las calles para que haya quien se empeñe en hablar de que “la ciudadanía ansía el fin dialogado de ETA” o que, por el contrario “los españoles no quieren que se negocie con terroristas” (por poner un ejemplo actual). Lo único que se puede saber con precisión es el porcentaje de votos con que los votantes agasajan a los distintos candidatos, pero ni siquiera eso es lo que quiere el pueblo, sencillamente porque no vota todo el mundo.

Comprendo que es una tontería intentar ser purista con esto (o con tantas otras cosas), pero me apetecía escribir algo y eso es lo que he hecho. Seguiremos generalizando porque nuestra natural simplicidad así lo requiere, pero no me parecería mal tomar consciencia de que esas frases campanudas con las que muchos se empeñan en hablar en nombre de todos, no suelen tener excesiva validez.

¿Qué opinaría Doña Carmen Polo de Franco sobre estas sandeces? ¿Acaso no estaría ella segura de que toda España apoyaba al Generalísimo? ¿Sería consciente nuestra admirada dama de que el Caudillo impedía expresarse libremente a quienes sostenían posturas contrarias a las suyas? ¡Nunca lo sabremos!

De lo que sí estoy seguro es de que absolutamente todo el mundo es libre de participar en este debate sin censuras y sin claves de esas para evitar el blog-spam.

¡VIVA LIBERTAD-DIODENAL!

martes, 23 de enero de 2007

Margarita Seisdedos: La mejor guardaespaldas


Hoy he visto que en “A tu lado” estaban sometiendo al dictamen del polígrafo a Margarita Seisdedos, madre de Yurena (antes llamada Tamara). He llegado en el momento en el que hacían público el resultado de la máquina de la verdad y, por lo poco que he visto, parece que la agresora de Paco Porras (la máquina de la verdad “demostró” que el que sanaba con hortalizas no mentía cuando afirmaba que fue atizado con un bolso con relleno contundente agitado por doña Margarita) ha mentido más que ha hablado.

Menos mal que Yurena estaba allí para “matizar” (para ella “matizar” es dar la vuelta) las respuestas de su adorable madre). Tanto interés ha despertado en mí la comparecencia de la dulce ancianita en Tele Cinco que, ni corto ni perezoso, he visitado la web del programa de Emma García para ver si podía obtener allí un informe exhaustivo del interrogatorio pero, en lugar de eso, me he enterado de que la madre y a la hija han sido recientemente agredidas por dos energúmenas en plena Gran Vía de Madrid.

Según fuentes de Tele Cinco (veraces donde las haya), una de las agresoras insultó a Yurena diciéndole que era “la vergüenza de España” (¡Intolerable insulto para alguien que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar a los españoles!). Lo que no parecía saber la insultante persona es que Doña Margarita (que estaba junto a su hija) es una amantísima madre que saca las garras a cualquiera que ponga en peligro la integridad física o moral de su critatura, así que, ni corta ni perezosa, la Seisdedos enterró su puño en el estómago de la maleducada mujer. No sé qué hubiese pasado de llevar su famoso bolso “relleno” de ladrillo (en la máquina de la verdad se ha desvelado que no era un ladrillo lo que había en el bolso que aterrizó en la cabeza de Paco Porras sino una lata de Cocacola).

Desde Libertad Diodenal quiero expresar todo mi apoyo y solidaridad para Yurena y su madre y todo mi desprecio para esa gentuza que, tal vez, con afán de parecerse a esos periodistillas de pacotilla que pueblan las tardes televisivas, vierten toda la ponzoña que albergan sus corazones en estos cándidos personajes.

¡VIVA ESPERANZA ROY!
¡VIVA JOSÉ VÉLEZ!
¡VIVA TONY GENIL!

P.D.- Que no se preocupen tanto por las peleas de Alcorcón y que vigilen más a nuestros artistas. Ellos son la reserva cultural de España. Sin ellos no seríamos nada.

domingo, 21 de enero de 2007

Control al profesorado universitario



Acabo de leer en Libertad Digital (que me disculpen los progresistas que leen este blog) un artículo en el que se dice que en la Universidad Complutense han conseguido reducir el absentismo del profesorado en un 2,1 % gracias a la labor de alumnos que, a cambio de un crédito de libre elección (no tengo claro de si ese crédito es de la asignatura que decida el alumno o de una asignatura de las de libre elección) hacen su labor de vigilantes encubiertos (no llevan ninguna placa acreditativa ni gorra de vigilante).

Esto me ha hecho recordar que, hace ya muchos años, cuando yo estudiaba en la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid (¡qué bien suena ese nombre tan largo!) fui subdelegado de curso en mi sexto año de carrera. Conseguí tan importante puesto sin presentarme a las elecciones y con el único voto de un simpático amigo. El delegado consiguió el poder con dos votos (él sí se había presentado voluntariamente). Tal era el compromiso con la democracia estudiantil en mi generación (ya vivíamos en libertad, que nadie crea que aquella desidia tenía que ver con la represión franquista).

Todo ese rollo introductorio era para decir que teníamos un profesor bastante caradura que sistemáticamente faltaba a clase, pero no era por quedarse en casa, no. El tío tenía una cara tan dura que se permitía el lujo de estar en su despacho a la hora en la que debería estar aleccionando a aquellos alumnos ávidos de conocimientos que éramos nosotros (lo de ávidos ha sido una exageración). El caso es que yo, amante de la legalidad y el cumplimiento estricto de las normas, sentí que, como representante electo de mis compañeros (aquel voto de mi amigo me legitimaba como paladín del resto de los alumnos de mi clase) tenía que desenmascarar a aquel sinvergüenza, así que, ni corto ni perezoso, al ver que pasaban diez minutos de la hora de comienzo de la clase, me apresuré al despacho de aquel gran profesional del paripé para preguntarle con suma delicadeza: ¿Tendrá usted a bien impartir la clase programada para hoy? A lo que el azorado caradura respondió: Sí, sí, claro.

Aquella clase constituyó un gran éxito en mi gestión como subdelegado. Tras aquella hazaña, tan loada por mis compañeros, me dormí en los laureles de la fama y no volví a ejercer mi cargo en modo alguno. ¡Qué malos son los aplausos a veces!

Y ahora yo me pregunto: ¿Qué os parecen los alumnos espía? ¿Ampara la constitución tal figura? ¿Sería igual de efectivo que un alumno identificado, el delegado o subdelegado, por ejemplo, confirmase la asistencia de cada profesor a las clases? ¿Serían objeto de soborno esos alumnos en caso de estar identificados? ¿Hemos llegado a un nivel de irresponsabilidad tan grande que casi nadie es capaz de cumplir con su obligación? ¿Sabe ZP algo de esto?

martes, 16 de enero de 2007

Hasta siempre

Hoy ha sido el último día de trabajo en la empresa a la que he pertenecido hasta esta señalada fecha. Podría explayarme sobre los motivos que han provocado mi marcha, pero no me apetece hacer eso, prefiero sacar mi vena sentimental (los programas del corazón han conseguido hacer aflorar en mí esa ternura que siempre estuvo oculta) para mostrar mi más sincero agradecimiento a todos los que han sido mis compañeros durante estos casi dos años.

No sé si he sacado algo en claro, profesionalmente hablando, pero la verdad es que eso me da igual, lo que de verdad me importa es que he conocido a un buen puñado de gente: unos “progresistas”, otros “fascistas”, algunos medio autistas, otros autistas por completo, los había gruñoncetes y también adorables, en fin, que había de todo, tanto es así que incluso estaba yo y también estuvo mi gran amigo Antares (no encontraréis dos ejemplares más raros en todo el mundo). Era un grupo tan heterogéneo que ZP podría haber experimentado en él la eficacia de su Alianza de Civilizaciones (si es que ya sabe de qué va a ir la cosa, claro) para aplacar las tensiones intestinas que han existido (las intestinales tampoco han faltado, la verdad).

Sea como fuere, yo he tenido la suerte de llevarme bien con todo el mundo y eso me llena de gozo y, a la vez, de tristeza por no poder seguir dando la tabarra a tan agradable grupo.

Mañana comienza una nueva andadura en mi azarosa vida profesional. Espero no tardar mucho en volver a gozar de la compañía de personas tan maravillosas como las que hoy me han hecho sentir que estos dos años no han sido una pérdida de tiempo.

Hasta siempre, amigos.

P.D.- Espero haber arrancado las lágrimas de alguno de los lectores con este despliegue de sentimientos que hoy, con el corazón en la mano (y tratando de acallar mis habituales rugidos intestinales) he traído hasta estas páginas.

sábado, 13 de enero de 2007

No me gustan las manifestaciones


Hoy están teniendo lugar las polémicas manifestaciones en contra del terrorismo, por la paz, por la libertad, por el diálogo y qué sé yo cuántas cosas más. La polémica está siendo intensa a cuento de la no participación en ellas de la cúpula del PP. Al Partido Popular (a sus dirigentes) no le parece adecuado sumarse a unas manifestaciones en las que no está claro lo que se pide ¿Se pide perseguir a ETA o se pide volver a dialogar con los terroristas? ¿Se quiere realmente la unidad de los partidos mayoritarios en la lucha antiterrorista o se busca que el PP se adhiera incondicionalmente al gobierno? ¿Se pretende, a partir del apoyo popular que se coseche, obviar los errores del plan de paz y seguir avanzando por tan poco útil camino, o se quiere dejar claro el cambio de rumbo del gobierno?

La verdad es que no tengo ni idea de lo que se pretende. Estoy seguro de que una gran mayoría de la gente que vaya, irá para mostrar su repulsa al terrorismo y su apoyo a las familias de los asesinados. Incluso habrá algún político que también acuda con esas buenas intenciones. Me atrevo a decir que más de uno de los “titiriteros” que se han apuntado a esta concentración también irá para protestar por la actuación de ETA y no únicamente para meterse con el PP (la “extrema derecha”, como todos sabemos) y alabar al gobierno.

Yo no pienso acudir a ninguna de esas manifestaciones, como no lo hice a las de la AVT. Hace ya tiempo que todos estos saraos me huelen mal. Los convocantes suelen exhortar a la participación en las manifestaciones con unos lemas y razonamientos que yo diría que tienen poco que ver con la finalidad última de las mismas que, a mi parecer, no suele ser otra que la de recabar el máximo apoyo social (aparente, porque el real se ve en las urnas) para poder presionar con más fuerza al gobierno de turno o, en el caso de las “manifas” de hoy, para mostrar al mundo entero que sus fallidos planes no les han restado el apoyo popular (el del pueblo, no el del partido con ese nombre que, como algunos creemos, les viene mejor no tener).

A pesar de los cantos a la unidad que se hacen tanto durante estos días, yo diría que a ninguno de los partidos mayoritarios le apetece nada ir de la mano con el otro. Al PSOE le viene de miedo esta manifestación para mostrar que ellos tienden la mano y que el PP no la quiere tomar, y al PP le venían muy bien las manifestaciones de la AVT para mostrar a un PSOE insensible con las víctimas del terrorismo. En fin, que una cosa es lo que nos cuentan y otra lo que piensan de verdad (eso me parece a mí). Lo malo es que es imposible saber lo segundo y sólo podemos creer o no creer en lo primero (lo que nos cuentan).

Me cansa ese discurso beatífico en el que se muestra como mal ciudadano al que no acude a manifestaciones con lemas tan bellos como los de las de hoy, pero a mí eso no me importa porque llevo torta (me apetecía glosar esa frase de la canción de Fofó). Yo sé que estoy en contra del terrorismo y que, desgraciadamente, no se puede conseguir nada hablando con quienes anuncian antes de comenzar el diálogo que no están dispuestos a ceder en nada. Alguien me comentaba, no obstante, que si mientras se dialoga se evita que los asesinos maten ¡bienvenido el diálogo! Y tal vez tenga razón. Probablemente durante estos meses de alto el fuego haya habido gente que haya podido vivir con más tranquilidad por saber que no le iban a pegar un tiro (suponiendo que confiase en la palabra de los etarras). Pero al final hemos visto que, dado que no sabemos cuando se van a cansar de mantener sus treguas nuestros malvados compatriotas, la tranquilidad que nos dan es excesivamente endeble.

martes, 9 de enero de 2007

El culebrón más largo

He leído en El País (para que veáis que soy progresista) que ETA ha hecho un comunicado (uno más) en el que dicen que ellos no tenían intención de matar a nadie, que ellos avisaron con tiempo para poder desalojar el aparcamiento. ¡Pero qué buenos son! Y qué malos los encargados del desalojo que no fueron lo suficientemente diligentes y que, en media hora (o el tiempo que fuese) no pudieron revisar todos y cada uno de los cientos de coches allí estacionados por si había algún “irresponsable” dormido en su vehículo.

Insultar a los etarras por hacer lo que se espera de ellos no trae cuenta. Es normal que pongan una bomba y que digan que el alto al fuego sigue vigente. Es perfectamente comprensible que hablen de llegar a un acuerdo de “mínimos” en el que se ceda en todo lo que ellos piden sin ellos renunciar a nada. De esta panda de degenerados se puede esperar todo tipo de sinsentidos, así que yo me pregunto ¿para qué seguir dando vueltas al rollo del diálogo, del proceso de paz, de la negociación? ¿Qué sentido tiene hablar con una pared? ¿Qué utilidad se le puede ver a agitar una bandera blanca en una mesa en la que otros ponen fusiles, bombas y muertos sobre la mesa?

Hay quien defiende que hay que seguir trabajando para lograr la paz, pero a mí esa bella frase no me parece más que eso: una bella frase. Cuando alguien me explique en qué consiste ese trabajo por la paz, cuando alguien concrete los pasos a seguir en lugar de seguir diciendo vaguedades insulsas, a lo mejor me convencen pero, de momento, todos estos meses de “diálogo” y de “duro trabajo por la paz” me parecen una sandez y una pérdida de tiempo (a pesar de que algunos, probablemente, tenían buenas intenciones).

La gente volverá a salir a la calle a manifestarse en contra del terrorismo, el Gobierno volverá a “garantizar” que los asesinos se pudrirán en la cárcel, los “demócratas” pregonarán su “unidad” frente a los que no respetan “las reglas del juego” y, finalmente, ETA seguirá siendo la estrella de este culebrón, el más largo que ha habido jamás.

domingo, 7 de enero de 2007

¡Todos a las rebajas!


¡Estoy desolado! Me acabo de dar cuenta de que hoy han comenzado las rebajas, así que me he quedado sin poder acceder a los grandes chollos que se agotan el primer día.
Podría haberme comprado un abrigo de piel por la mitad de su precio habitual, o una alfombra persa rebajada un treinta por ciento. Se pasó mi oportunidad de comprar rebajado uno de esos trajes de raya diplomática que tan bien me irían para hacer el paripé en mi nueva andadura profesional. Habría sido mi gran oportunidad de dejar de llevar calzoncillos Abanderado (modelo slip) para poder lucir unos Calvin Klein con esa cinturilla impresa que tan orgullosamente exhibe la juventud.

Supongo que los miles de personas que han estado atentas al pistoletazo de salida de las rebajas, habrán acabado con esos interesantes artículos y habrán dejado arrasada la mercancía sobrante.

No comprendo el gozo que parece sentir tanta y tanta gente por ir de compras en masa. El día cinco estaba todo atestado de compradores de última hora, y hoy estaba todo abarrotado de nuevo. Me atrevo a sospechar que muchos de los que andaban enloquecidos buscando cosas el día cinco han regresado hoy a formar parte de las hordas compradoras.

Reconozco que para mí es un gozo que a tanta gente le guste hacer las cosas a la vez, así yo sé cuándo no debo ir a comprar, a qué horas no debo coger el coche, qué horarios son más agradables para ir en Metro…

No siempre puede uno ir a contracorriente, es cierto, pero yo diría que se puede hacer en muchas más ocasiones de las que lo hacemos. En cualquier caso, me alegro de que la gente disfrute con las rebajas o con lo que le parezca (siempre y cuando respeten la constitución y a nuestras instituciones democráticas.

Meditando sobre esto de las multitudes, me he dado cuenta de que yo mismo disfruto mucho en otro tipo de aglomeraciones como son las carreras populares, y allí, además de estar un tanto apretados, el olorcito que se respira es un cóctel de sobaquina y cuescos bastante ingrato (debe de ser eso lo que me hacer salir escopetado en cuanto dan la salida), así que seguro que hay muchos que pensarán que los corredores estamos tontos por pagar para someternos a esa tortura de flatulencia y sudores.

¡Para todo hay gustos!

jueves, 4 de enero de 2007

Homenaje a nuestros valedores

Hoy quiero hacer un homenaje a dos personas que me han demostrado su gran valor, tolerancia y saber estar. A uno de ellos lo conozco desde hace unos cuantos años y con él he compartido memorables momentos en los que hemos hecho ostentación de nuestra inmensa capacidad para hacer el memo. Este gran personaje no es otro que (parezco José Luis Moreno) el gran Antares, redactor jefe de Viaje a las Pléyades, un blog con un nombre tan tonto como otro cualquiera en el que se dedica a escribir sobre temas “bizarros” o a poner enlaces de YouTube de contenido igualmente marginal.

Al otro homenajeado no lo conozco, sólo sé que creó un blog para poder sacar a la luz lo que el censor del blog de Pepiño Blanco impedía que se publicara. Pepiño, sin saberlo, favoreció que Carlos G. García y yo acabásemos compartiendo comentarios en nuestros respectivos blogs (gracias don José). Su nombre es Carlos G. García y su valor llega tan lejos que es capaz de firmar con su nombre en lugar de ocultarse, como hacemos la mayoría, tras un mote cualquiera. Su blog es Políticamente Incorrecto . Tal vez haya escogido este nombre porque nunca dice eso de "todos y todas" o "ciudadanas y ciudadanos".

Baste lo anterior como presentación. El motivo de mi admiración por estos dos grandes hombres no es otro que el de haber sido capaces de poner un enlace a Libertad Diodenal en sus blogs. Poca gente (sólo ellos) se ha atrevido a tal cosa. Me gustaría que hubiese alguna "blogera" que se atreviese a enlazarnos, así podría haber hecho un homenaje paritario, pero la realidad es la que es y, hasta donde yo sé, no las hay.

Se suele catalogar este magnífico blog, crisol de ideologías y encrucijada de opiniones, como un foro fascista y, claro está, el miedo a que alguno de esos defensores de la “libertaz” de expresión señale con un dedo acusador como sostenedores de la derechona cavernaria y retrógrada a quien publicite este blog, evita que la fama de Libertad Dodenal se extienda como se merece.

Para finalizar pediré que a nadie se le ocurra tildar de fascistas a nuestros valedores, de hecho, sé de buena tinta que Antares siempre ha apoyado las opciones políticas de “progreso” y últimamente hemos sostenido algún intenso debate en el que hemos llegado a la conclusión de que el gran timonel que puede enderezar el rumbo de esta nación de naciones no es otro que nuestro admirado Gaspar Llamazares. No sé si Carlos estará de acuerdo con esta tesis, pero me gustaría saber su opinión y, por supuesto, la de todos los que tenéis tanto tiempo libre como para perderlo con nosotros.

lunes, 1 de enero de 2007

Planes para el nuevo año


Con esto de haber recomenzado el blog, siento que tengo que escribir necedades en abundancia para poder llevarlo al nivel que tuvo el antiguo, así que aquí me tenéis rellenando estas líneas sin saber qué poner. Semejante situación me empuja a pensar que, estando en la época que estamos, comenzando un nuevo año, podría hablar de esos planes que algunos hacen para el nuevo año. Es un tema tan tonto como socorrido, un lugar común tan cutre como el de lo cortas que son las vacaciones, el calor que hace en verano o el frío que nos azota en invierno.

Reconozco que jamás he pensado en algo que dejar de hacer al empezar el año o en alguna tarea que comenzar a la vez que el calendario, pero, si tanto se habla de esto, será que hay gente que sí lo hace.

El año pasado, sin ir más lejos, muchos se plantearon dejar de fumar y, gracias a Dios, lo hicieron bastantes y, los que se resistieron, en lo que a mí atañe, es como si lo hubieran hecho, porque yo ya no les veo echando humo. Me encanta no saber quién fuma y quién no, aunque a veces se nota por el aliento o por esa pestecilla que se acumula en su ropa (ellos, para vengarse de mí, dicen que yo huelo a sobaco y a cuesco, pero lo dicen por decir, porque son incapaces de percibir con su atrofiada pituitaria los hedores que desprendo).

Otra de las actividades estrella para comenzar el año es esa de volcarse en alguna actividad deportiva para conseguir el tipín deseado (mi estilizada figura suele ser un referente). Los buenos deseos de muchos se quedan en darse de alta en el gimnasio del barrio y, si acaso, en comprarse el equipo deportivo en Decathlon. Otros hasta se compran una bicicleta con frenos de disco hidráulicos, con velocímetro wi-fi, y con un GPS de última generación, además de agenciarse un pulsómetro impresionante para que les avise cuando su corazón se desboque por su excesivo celo deportivo. El caso es que, al final, se montan en su gran máquina, dan tres pedaladas y, desgraciadamente, se dan cuenta de que, a pesar de haberse gastado tres mil euros en esa maravilla y sus complementos, sigue costando mucho dar pedales cuesta arriba, así que acaban arrumbando el velocípedo en el trastero hasta que se enteren de cómo doparse para pedalear sin esfuerzo.

Yo, que soy muy original, he decidido que mis “new year resolutions” (me encanta ser multicultural) se resuman en una sola: Llevar a Libertad Diodenal a lo más alto en las listas de blogs más afamados.

Con vuestra colaboración lo conseguiremos.