domingo, 21 de junio de 2009

Una película, un concierto y una carrera

Acabo de ver una película que me ha gustado: The reader. Dura dos horas y seguro que a mucha gente le parecerá un tostón, pero ya sabéis que mi gusto es un tanto paleto (según el juicio de otros). Como no sé lo que voy a contar de la película, pondré esa sandez de ¡ATENCIÓN, SPOILER! para que gente como Antares no me demande por atentar contra el derecho de los ciudadanos y ciudadanas a vivir sin la tensión de que nadie les reviente la trama de un “flin”.

Aparte de las escenas de “seso” entre un mozalbete y una mujer madura que sirven para mantener despierto al público para ver hasta qué punto de escabrosidad se llega, la historia subyacente de una antigua “miembra” de las SS tiene su interés. A un lerdo como yo le ha hecho pensar en el sentido que tiene juzgar hechos acaecidos hace veinte años y condenar por ellos a personas que, probablemente, ya se hayan reformado y que jamás volverían a cometer barbaridades semejantes a las de aquellos tiempos.

En la Alemania nazi supongo que serían escasos los que no estuviesen alistados en algún grupo relacionado con aquel putrefacto régimen. Era lo que había y, como pasa casi siempre con los fenómenos de masas, Vicente va donde va la gente, incluso aunque la gente vaya a lanzarse por un precipicio o, como en aquel caso, a lanzar a otros (esto último suele contar siempre con más seguidores).

No digo que haya que olvidar sistemáticamente toda tropelía cometida en el pasado, pero sí que sería deseable tener en cuenta la situación actual de los delincuentes de épocas remotas. Las personas, como todo en este mundo o, poniéndonos en plan esotérico, en esta dimensión, cambian y, en ocasiones, cambian mucho, así que no le veo sentido a meter en la cárcel a alguien que ahora no supone peligro para nadie (ya sé que esto no se puede saber nunca con certeza, pero lo contrario tampoco).

Y ahora, cambiando a un tema que no tiene absolutamente nada que ver con la película, diré que ayer pasé una grata jornada campestre en las Hoces del Duratón remando en canoa con unas cuantas personas. Eramos trece pero no íbamos todos en la misma canoa, en tal caso la canoa habría parecido el barco de Vickie el Vikingo. De esas personas conocía únicamente a dos al comenzar la jornada y, al finalizar, conocía a todos (aunque los nombres aún los confundo). Digo esto para aportar una prueba que avala mi tesis de que es más fácil llegar a conocer a la gente en situaciones campestres que en locales de “divertimento” nocturno. Lo de divertimento lo pongo entre comillas porque a mí me parecen locales de aburrimiento, pero eso son cosas mías que, como sabéis, soy muy raro.

Lo mejor de la jornada fue el regreso en el convoy en el que yo iba (tres mujeres y yo, que soy tan simpático como ellas). La dueña del coche puso un CD titulado por ella misma como “Música para cantar. Volumen I” y, a fe mía que cantamos ¡Qué grandiosa recopilación de “ésitos”! El “concierto” comenzó con Aire del grandísimo Pedro Marín (al ver lo de "Aire" estoy seguro de que Antares ha pensado en algún escape flatulento). Seguimos con Libre de Nino Bravo, La chica ye-ye de Conchita Velasco y ¡cómo no! ese grandioso tema de Camilo Blanes, Vivir así es morir de amor. Hubo muchas más canciones inmortales, pero no quiero alargarme más de lo debido.

Hasta ayer pensaba que la mejor manera de afianzar una amistad era la de compartir ventosidades, pero he descubierto que cantar grandes tonadillas musicales es un método tan bueno como ese y que, además, no apesta.

Y, ya para terminar, hoy he ido a la carrera contra el SIDA que se disputaba (este verbo queda muy profesional) en la Casa de Campo. Como no pude ir a recoger el dorsal ni el viernes ni ayer, pensaba correr en plan pirata y, en la meta, intentar birlar las vituallas con el salero que me caracteriza, pero como, a pesar de lo que se cuente por ahí, hay mucha gente simpática en el mundo, una chica que me ha visto sudoroso y con pintas de participar en el evento sin dorsal, se ha acercado a mí y me ha ofrecido el de un amigo suyo que no se había presentado (le habría dado un apretón de última hora). Semejante actitud me impele a cantar eso de:

Viva la gente, la hay donde quiera que vas.
Viva la gente, es lo que nos gusta máaaaaaaas.

El resto lo buscáis en Google, que no me apetece escribir tanto.

P.D.- He ganado a la primera mujer, y eso que sólo me he “dopado” con Nutella para desayunar.

domingo, 14 de junio de 2009

Ciclonudistas

Ayer sábado, en Madrid, se concentraron algunas personas para pedalear en pelota picada y reivindicar de ese modo que se tomen medidas para poder utilizar la bicicleta como medio de transporte habitual y, cómo no, sostenible, sin correr los riesgos que, de momento, tiene utilizar el vehículo de dos ruedas y pedales por calles con excesivo tráfico motorizado.

Yo, que soy aficionado al pedal (el de la bicicleta, no el alcohólico), creo que estas reclamaciones no tienen mucho sentido en una ciudad en la que, probablemente, la gran mayoría de la gente vive a decenas de kilómetros de sus centros de trabajo. Al que vive en Móstoles y tiene que desplazarse hasta Tres Cantos a trabajar, dudo que le sirva de mucho la creación de carriles bici en el centro de la ciudad (para el perímetro externo ya existe uno muy bonito y largo).

La bicicleta está muy bien para ir a por el periódico o a por el pan, pero para eso no creo que sea necesario crear una compleja y cara red de carriles bici entrecruzados con las aceras y las calzadas para coches. Para ir a hacer recados de poca monta uno puede ir tranquilamente por la acera (si es lo suficientemente ancha) o por el asfalto, con cuidadito, eso sí.

Ir a trabajar en bici requeriría, o bien que el lugar de trabajo esté cerca y se pueda llegar sin sudar el culo y las axilas, o bien, disponer de unas duchas en las que poder despojarse de los efluvios sobacales para no incordiar al resto de los compañeros. Estos requisitos no creo que se den para casi nadie, así que ¿para qué montar los carriles que usarán cuatro gatos?

Lo que más me ha llamado la atención de la concentración ciclonudista es el hecho de que la gente fuese a culo pelado sobre el sillín ¡Qué incomodidad! ¡Qué falta de higiene! No quiero ni pensar en la cantidad de zurrapas caguetosas que habrán quedado adheridas a esos sillines inocentes que han tenido que aguantar con estoicismo que se posasen sobre ellos esas nalgas sudorosas y esos “ojetes” pringosos. Cualquiera que tenga un mínimo de respeto por su bicicleta se abstendría de pedalear en pelotas sobre ella ¡Qué indecencia!

Y, ya que hablamos de bicicletas, ayer, mientras pedaleaba por la carretera que va desde Soto del Real hasta Miraflores (pueblos de la sierra madrileña) subiendo por una cuesta aceptablemente empinada, vi con admiración como una mujer con un culo de no menos de medio metro de diámetro (el cometa Halley es una mota de polvo comparada con semejante pandero), se esforzaba para llegar a la cima. Le oí lanzándose a sí misma gritos de ánimo para sacar las fuerzas necesarias para culminar su gesta ¡Qué gran mujer!

Sirva esta aportación para mostrar mi admiración por tan dura mujer y mi poco afecto por quienes se sientan con el culo al aire sobre una bicicleta.

jueves, 11 de junio de 2009

Silente

Ya ha transcurrido casi medio mes de junio y mi blog sigue sin actualizarse ¡Esto es vergonzoso! Necesitaré a alguien que apoye la causa de Libertad Diodenal escribiendo cosas para mantener la atención de los pocos lectores que le quedan a este blog ¿Alguien se presta voluntario?

Ha habido elecciones europeas, Leire Pajín nos ha recordado el acontecimiento de importancia planetaria que se nos avecina, yo me he convertido en progresista, el calor ya está aquí, las piscinas están abiertas…

¡Y con tantas cosas como han ocurrido y están ocurriendo, yo he permanecido silente! Creo que tendré que ir al médico para que me trate de esta sequía creativa de la que estoy siendo víctima. Cuando experimento en mis propias carnes la falta de imaginación para escribir, comprendo la razón por la que los medios de comunicación, cuando pillan un tema, tratan de exprimirlo al máximo hasta que encuentran otro.

¿Qué ha sido de la gripe A? ¿Y del caso Gürtel? ¿Se ha desentrañado el lío de la empresa de la hija de Chaves? ¿Cuál es el estado anímico de Toñi Salazar tras su ruptura sentimental?

Todas son noticias con las que nos han dado el tostón durante muchas semanas pero, un día, de repente, dejan de hablar de ellas y comienzan con otras como las fiestas de Berlusconi, el accidente del avión de Air France, las reacciones de nuestros egregios políticos a los resultados electorales, etc.

La noticia más interesante que acabo de leer es que el PP pretende reforzar el estudio del bable en las escuelas asturianas. ¡Menos mal que me he vuelto progresista y he votado a UPyD! La sandez sigue imperando entre nuestros partidos mayoritarios (no descarto que UPyD se vuelva un partido de necios cuando consigan más notoriedad).

¿Para cuando la defensa de la jerga SMS? ¿Alguien se ha planteado reivindicar la lengua macarroide como un idioma digno de ser estudiado en las escuelas? ¿Por qué razón hay tanto empeño en construir una Europa grande y unida y, por otro lado, tanta gente convencida de la necesidad de levantar barreras idiomáticas o del tipo que sea entre los ciudadanos de esta gran cosa rara que es Europa? ¿Somos tontos? La respuesta es obvia, así que no la escribiré.

Confío en que los comentaristas habituales animen el debate para que los seguidores más críticos de Libertad Diodenal puedan entretenerse un rato y seguir dándonos un voto de confianza.