miércoles, 19 de octubre de 2011

El misterio del mingitorio

Hoy he decidido compartir con vosotros un misterio que ha acontecido en el edificio al que acudo a diario a pasar el día y ganarme mi sustento (con mayor o menor éxito). Sólo llevo en este lugar cuatro semanas, pero ya noté algo raro el primer o segundo día de mi estancia allí.

Tengo la costumbre, como muchas otras personas, de tener una botella de agua en mi mesa. Reconozco que soy de poco beber, pero me pareció una buena idea lo de beber más líquido del que mi cuerpo demanda, así doy trabajo a mis riñones y, de paso, consigo tener una excusa aceptable para levantarme de mi sitio cada vez que mi vejiga me comunica que está al límite.

En una de estas escapadas, mientras gestionaba la salida a la luz de mi aparato miccionador, algo llamó mi atención. En la parte alta del mingitorio, junto a la fina tubería que da paso al agua que cae cuando se presiona el pulsador, había un pelo. Yo, como calvo experimentado, pensé que sería un cabello craneal, pero como el acto excretor se alargaba y no tenía a mano nada que leer (en los servicios públicos no suele haber paquetes de detergente o botes de champú), presté más atención al pelo y me di cuenta de que era grueso y retorcido, de unos cuatro centímetros. Parecía evidente que era un pelo escrotal. Doy por hecho que era de un ser humano de sexo masculino porque las mujeres tienen vetada la entrada allí.

Vosotros diréis que no es nada raro encontrar un capilar de esta naturaleza en una sala de micción, y yo os diré que tenéis razón. Pero analicemos la situación con detenimiento atendiendo a los siguientes puntos:

1-La parte superior del urinario queda muy por encima del escroto de cualquier ser humano (por lo menos de los que yo he visto en mi entorno laboral).

2-Los pelos que quedan desconectados de su folículo tienden a caer por acción de la gravedad en ausencia de corrientes de aire o mecanismos que lo transporten hacia zonas más elevadas.

Según estas proposiciones, el pelo que yo vi, o bien era un pelo nasal de longitud descomunal, o bien había sido puesto por su dueño en ese lugar para ser exhibido con una finalidad que no alcanzo a comprender.

Todo esto no tendría mayor trascendencia de no ser porque, pasados unos días… ¡Volví a ver otro pelo escrotal en el mismo lugar!

Os cedo la palabra para que aventuréis alguna hipótesis que pueda explicar este extraño fenómeno.

7 comentarios:

Doctor Flatulencias dijo...

Te he de decir que esta entrada es una auténtica memez, así que merece la pena que pierda un momento en elucubraciones urinarias.
Como diría el gran Fofito 'me se escurre una idea', vamos a suponer que cuando uno se pone enfrente de un urinario, de algún modo tiene algún contacto manual con la zona escrotal, si a esto le añadimos la posibilidad -remota, pero posible- de que al acabar 'lo que fuera a hacer enfrente del urinario' por alguna extraña razón y con la misma mano indicada anteriormente le diese al pulsador, ¿cabe la posibilidad de que esa misma mano sea portadora de algún pelo escrotal?

P.D.
No sólo es una entrada mema si no que es doblemente mema, porque la has publicado dos veces.

Meteorismo galáctico dijo...

¡Esto es inaceptable! Alguien se ha colado en mi blog y ha publicado esta sandez que no tiene base científica alguna y que, como bien dices, Doctor Flatulencias, tiene bien poco de misterio.

Se nota que el impostor no domina el arte bloguero y por eso se le fue la mano y creó dos veces la misma entrada.

Mañana iré a la policía para poner una denuncia y que nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad del estado se lancen a la caza del krakeador de blogs.

Dejaré esta estulta entrada como prueba del delito.

Mojarra dijo...

Yo creo que es un exhibicionista que ha conseguido su objetivo mostrando uno de sus pelos retorcidos gruesos y de sección cuadrangular (esto último lo añado yo). No sé si os habéis dado cuenta que estos pelos tienen aristas. Esto puede comprobarse haciéndolos rodar entre los dedos, el tacto no engaña. ¿Son estos pelos una mutación? Lástima que el Dr. Jiménesz del Oso ya no esté entre nosotros...

Anónimo dijo...

¡VIVA JIMÉNEZ DEL OSO!,
¡VIVA EL PELO ESCROTAL!

Anónimo dijo...

Anécdota: Manuel Halcón, escritor,R.A.E. recita en voz alta la séptima que encontró cuando bajo de improviso a un urinario público madrileño, hace años, y celebra el ingenio del meón desconocido con los académicos.
-"En la lengua de Cervantes
nunca lograré explicar
lo que me cuesta orinar
si llevo puestos los guantes.
Porque si lo hago con prisa,
nunca sé si lo que agarro
es la picha o la camisa."
Otro academico le insinua (J.Calvo Sotelo) un fallo en el hallazgo y agrega un verso más:
-"En la lengua de Cervantes
nunca lograré explicar
lo que me cuesta orinar
si llevo puestos los guantes.
Porque si lo hago con prisa
y en torpe intento, marro,
nunca sé si lo que agarro
es la "cosa" o la camisa.
Copiado del "El rincón de Joana", foro "somos alboxenses", de Albox-Almería-España. G.Nativo.

Raquel Márquez dijo...

Jajajja, gran entrada. Las recientes también, pero son temas más serios y tendría que pensármelo dos veces antes de poder decir algo con sentido. En esta era más fácil salir de rositas :)

Anónimo dijo...

ESTIMADOS HERMANOS:
Solicito la exoneracion de mi escroto viril porque soy un frígido sexual parafílico.

Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.