sábado, 7 de marzo de 2009

El traje nuevo del emperador

Nos encanta engañarnos a nosotros mismos. Me da la impresión de que hay poca gente que sea capaz de decir la verdad de lo que piensa sobre cada cosa que se le plantea. Unas veces mentimos con la clara intención de engañar a otros, otras porque nos aterra que piensen que tenemos ideas diferentes a los demás y otras por no llevar la contraria a algún personaje al que tememos (habitualmente algún cretino que ostenta algún tipo de poder).

En el trabajo estoy cansado de ver cómo la gente, en privado, reconoce la inutilidad de montones de cosas que algún “listo” ha decidido que debemos hacer para “mejorar la calidad de nuestro trabajo” pero, cuando están frente a la persona que debería saber la verdad sobre la pérdida de tiempo y dinero que conllevan tan absurdas prácticas, nadie se atreve a abrir el pico. O callan o mienten cuando el gran líder pregunta sobre la eficacia de tan nefasta normativa: “Todo es perfecto, Don Antonio. Vamos por el buen camino”.

Comprendo que hay ciertos personajes cuyo carácter odioso y prepotente incita a sus súbditos a procurar no contrariarlos, pero lo que no entiendo es que haya tanta gente que, además de ocultar la realidad a sus jefes, se empeñe en intentar convencer a sus compañeros y subordinados de la veracidad de aquello que saben a ciencia cierta que es falso.

Luego va uno (ese soy yo) con su mejor intención y su mayor cabreo a explicar a todo el que se pone a tiro cuán absurdas son ciertas cosas y por qué lo son, y la respuesta más habitual que le dan (probablemente con su mejor intención) es: “Tienes razón, pero procura no ir diciendo eso por ahí”.

Cuando uno pregunta, ingenuamente, por la razón de tal pertinacia en aplicar normas que no sirven para nada (para nada bueno, se entiende), siempre hay alguien que sentencia: “Lo mandan desde arriba”. Y se quedan tan panchos unas veces y tan resignados otras, pero nadie es capaz de intentar explicar al responsable de tales necedades el porqué de la inutilidad de todas ellas.

A veces creo que el problema no está tanto en “los de arriba” como en los bobos y cobardes de los que se rodean que, por memez o cobardía, siempre dicen a sus superiores lo que creen que quieren oír en lugar de contarles la verdad o, simplemente, darles su opinión.

Vivimos en un mundo en el que la información circula por todas partes y en el que, supuestamente, todo el mundo puede expresar libremente su opinión, pero al final uno se da cuenta de que da igual lo que uno diga, lo importante es quién sea el que lo diga. Si uno tiene poder e influencia podrá decir cualquier memez o burrada y contará con la aquiescencia de montones de personas aunque, eso sí, a sus espaldas habrá muchos poniendo a caldo a tan egregio necio. En cambio, si uno dice algo inteligente y sensato, como sea un mindundi cualquiera, nadie le hará caso aparte de algún que otro personaje más mindundi que él.

La gente llama metodología a lo que no es más que una colección de actividades inútiles cuya misión es la de alargar el trabajo de unos y justificar la labor de los creadores de tal sinsentido. Se llama interrupción del embarazo a lo que es el asesinato de un niño no nacido. Se utiliza la palabra democracia para definir algo que consiste en contar mentiras a una gran masa de indocumentados (como yo) para ganar su voto. Se denomina fe religiosa a lo que no suele ir más allá del cumplimiento de unas pocas normas y ritos visibles. Se habla de diversión cuando de lo que se trata es de beber más de la cuenta y dormir menos de lo que querríamos. Llamamos telebasura a los programas que más nos gustan y reclamamos emisiones culturales que no tenemos interés en ver. Clamamos por que nuestros políticos dicten normas para que cuidemos nuestro planeta mientras pensamos sustituir nuestro pequeño coche por un todo terreno más contaminante. Se llama amor patrio a despreciar a los que son de fuera. Se impone el uso de lenguas minoritarias, limitando la libertad de las personas, para defender el derecho de esas lenguas (se trata a una lengua mejor que a algunas personas). Y, para finalizar, sólo me queda exponer el culmen de los auto-engaños: Decimos que el Linux es el sistema operativo más estable y nos empeñamos en utilizar el denostado Windows.

El cuento de Andersen “El traje nuevo del emperador” tiene plena vigencia en nuestros días como seguramente la habrá tenido durante toda la historia de la humanidad.

No me queda más remedio que gritar a los cuatro vientos: ¡El emperador está desnudo!

A la vista de lo que he escrito queda claro que la misión de difusión de la memez con la que nació este blog tiene demasiados operarios y, probablemente, no sea necesaria mi contribución. No obstante podéis estar tranquilos porque seguiré dando el tostón.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué gran "pos", amigo Meteorismo!, a veces tu elevadísima estulticia deja un resquicio para el sentido común.Estamos rodeados de memez y repetimos todo "de oídas" y tan felices..
Ni que decir tiene que en nuestro mundo laboral esa camuesidad es "másima", lo único que hace falta es decir lo que no se sabe con absoluta "convizión"..

Meteorismo galáctico dijo...

Así es, Antares, la máxima de afirmar con rotundidad aquello que se desconoce, es aplicada por montones de personas en el mundo, personas que, a diferencia de tú y yo, llegan lejos en el escalafón y andan por ahí dictando normas tan estúpidas como ellos. Creo que, en aras de generar un cambio radical en nuestra “sociedaz”, deberíamos comenzar a aplicarnos a fondo para llegar a altas cotas de poder y, una vez arriba, comenzar a decir cuatro verdades a los cuatro vientos para desbaratar el montaje absurdo que sustenta nuestra civilización.

El camino para acceder al poder lo conocemos a la perfección porque somos diplomados en paripé por la Universidad de Wisconsin, así que sólo nos queda poner en práctica tan importantes conocimientos. Mañana mismo comenzaré a afirmar con rotundidad todo tipo de cosas (tanto más cuanto más falsas sean).

¡CIUDADANOS, TEMBLAD! Antares y Meteorismo caminan con paso firme hacia el liderazgo mundial.

Anónimo dijo...

Antares: No cojo lo de camuesidad, ¿es alguna palabreja de tu jerga laboral? Si es así tradúcela, por favor.

Por cierto, algún día se podría hablar de la invención de palabras o giros para que cualquier manual parezca de una categoría intelectualmente más elevada. Invenciones que solo demuestran el poco vocabulario de sus creadores, que desconocen que con expresiones más sencillas podrían decir lo mismo. Pero... cuanto más oscurantismo, más protegen su sillón.

Respecto a tu acertado artículo, amigo Meteorismo,creo que nadie dice nada porque saben que los jefes quieren rodearse de pelotas. Por muy ecuánime que parezca un político, empresario o catedrático, en cuanto llegan a ciertas cotas de poder olvidan sus orígenes y les gusta ser diosecillos. Que todos les bailen el agua, que se reunan en domingo si es preciso, porque "el jefe lo vale". Con sueldos bastante superiores a los que podamos tener cualquiera de nosotros, los secretarios, asesores, consejeros delegados... jamás dicen que el rey está desnudo. Es más cómodo mantener su status y su sueldo que buscar el bien común y poner las cosas claras al jefe convertido en prepotente e ignorante de la realidad.

Y es que, cuando un político no utiliza ni tren ni metro, cuando un presidente de banco no pisa una sucursal, cuando los directivos de empresas de alimentación no hacen la compra personalmente, cuando los catedráticos de universidad o instituto envían a sus hijos a lo privado...¿qué conocimiento se va a tener de la realidad?

Se generan puestos intermedios, como bien has explicado, que no aportan nada nuevo. Es una burocracia infame que va aumentando exponencialmente la presión que surge del "emperador desnudo". Y toda esa presión cae sobre los pobres hombros de mileuristas que, con su esfuerzo, consiguen el cumplimiento de objetivos para que jefazos que no hacen nada productivo se vayan a las Bahamas como incentivo a "su" cumplimiento de objetivos.

Toda esta inflación de ineptos, pelotas, explotadores con el látigo de la presión psicológica, que no producen nada, que no ayudan a sus subordinados, que tan sólo les amenazan, que ven por los ojos de su jefe supremo, y que cobran sueldos inmerecidos, son los que han acumulado todo ese dinero que alguien se ha llevado antes de dejarnos inmersos en esta "histórica" (como dicen los periodistas para casi todo) crisis.

Meteorismo galáctico dijo...

¡Impresionante alegato, Zarzamora! Te nombro redactora suplente de Libertad Diodenal (sin sueldo, eso sí). Se nota que conoces de primera mano la necedad laboral. Por cierto, ya que Antares no lo ha hecho, te explicaré yo que la palabra “camuesidad” es sinónima de “necedad”. Realmente no sé si existe esa derivación del vocablo “camueso” pero, aplicando la norma lingüística, si de “necio” obtenemos “necedad”, de “camueso” obtendremos “camuesidad”.

A Antares y a mí nos encantan estos epítetos insultantes tan elegantes. Si llamas a alguien “camueso”, seguro que se ofende menos que si le llamas “gilipollas” a pesar de que ambas palabras son equivalentes.

Saludos cordiales, amiga Zarzamora.

P.D.- Ya que tú también ves que el emperador va desnudo ¿Lleva “slips” o es usuario de calzoncillos estilo bóxer?

Anónimo dijo...

Estimada Zarzamora,

Lamento sobremanera no haber respondido antes a tu pregunta; de todas formas, ya he visto que lo ha hecho Meteorismo Galáctico, siempre al quite..
Camueso es un insulto que me gusta mucho, igual que cenutrio o acémila, deberíamos usarlos màs en nuestra vida diaria..
Yo uso calzoncillos estilo "bóser", pero Meteorismo los usa "pentagonales"..

Jajaja dijo...

El cuento de Andersen tiene vigencia igual que lo ha tenido siempre, ya que no es más que la adaptación de un cuento oriental que en España ya recogieron don Juan Manuel en el "Conde Lucanor", en el siglo XIV, y Cervantes con el "Retablo de las Maravillas".

Una vez hecha esta educativa introducción he de decir que el emperador no lleva calzoncillos, va "de comando".

jfreyba dijo...

Por eso me gusta tu blog, Meteorismo. Me encanta la falta de respeto a lo "políticamente correcto".

Por cierto, el emperador no sólo está desnudo. Además, se tira pedos. Y no huelen a perfume, por más que digan... Esto apesta, ¡puah!

Anónimo dijo...

Hablando de pedos, hoy vuestro amigo Antares os va a "esplicar" la diferencia entre pedo y bufa:
Pedo: Conlleva aparato sonoro
Bufa: Es el pedo silencioso, traicionero y conlleva hediondez.
Y recordad: "Con dos pedos y una bufa, la cama como una estufa"..

Regina dijo...

La gente en general es una mierda. Y me meto en el grupo. Somos mentirosiços, hipócritas y bobos redomados. Somos ovejas del rebaño, gente que va tirando según modas y convencionalismos. Unos más, otros menos.

Eso sí: yo ya he aprendido a vivir con ello, aunque la mayoría d elas veces levanto la voz y digo lo que pienso. Por eso tengo fama de protestona. Inconformista que es una.

Meteorismo galáctico dijo...

Estimada Ramdom Harvest:

Ya que eres consciente de la necedad humana y de que ni siquiera tú escapas a ella (yo tampoco, como no me canso de repetir), estás en el buen camino para sobrellevar toda la memez que nos rodea. En el fondo causa ternura ver a tanto lelo que se cree que es un gran intelectual, un excelente estadista o un ejecutivo de primera, así que, en lugar de desesperarnos, sonriamos y procuremos divertirnos ante tan magnífico espectáculo.

Anónimo dijo...

¡¡¡No a la violencia de género;
También NO a la VIOLENCIA DE EDAD!!!
MATAR NO ES UN DERECHO:
Lo que es descabellado es que una IDEOLOGÍA NECRÓFILA esté ocupando el Parlamento y Gobierno (y parace que también el Judicial), y nos esté llevando decidida y abiertamente a apostar por la MUERTE y el asesinato de los humanos más indefensos de todos, los que están en las barriguitas de sus madres.
Es deprimente saber que tengo compatriotas tan cobardes como para justificar la alevosía que conlleva el ASESINATO de menores.
Igual que la ley de la gravedad no se puede cambiar por mayorías parlamentarias, donde hay un ser humano es imposible negar su existencia por igual mayoría parlamentaria. Cuando los parlamentarios que defienden este GENOCIDIO SILENCIOSO estén cerca de la muerte, habrán de saber que sobre sus espaldas pesan miles de VIDAS SESGADAS por la avaricia y codicia socialista. Millones de mujeres que han matado, se han arrepentido amarga y desconsoladamente cuando más tarde han sido conscientes del CRÍMEN al que el MOVIMIENTO NECRÓFILO le ha achuchado a cometer.
El ABORTO es la
DESPENALIZACIÓN,
LEGALIZACIÓN,
AMPARO JURÍDICO
DEL ASESINATO POR CUESTIÓN DE LA EDAD DE LA VÍCTIMA.
El PARTIDO NECRÓFILO en el Gobierno nos quiere vender la moto de que MATAR es un derecho. Un derecho de la mujer. MATAR no es un derecho, sea cual sea la edad de la VÍCTIMA.
Es lamentable que sea considerado una “conquista social” el hecho de despenalizar el ASESINATO por cuestión de la edad de la víctima. ¿La próxima “conquista social” cual será, despenalizar el asesinato de los mayores de 60 porque no son 100% productivos?.
Esto es PROGRESAR, con todas sus letras.
Esto es lo que nos prometían con su IMPLEMENTACIÓN DEL SOCIALISMO.
Este es el preámbulo de la decadencia y de la Camboya socialista:
MATAR, MATAR, MATAR, MATAR, MATAR (y la tentativa de ASESINATO SILENCIOSO MASIVO es tan burda que ni la contínua PERVERSIÓN DEL LENGUAJE de la que la RELIGIÓN NECRÓFILA hace gala puede esconder esta vez sus crueles e intrínsecas intenciones).
Y es que es necesario alzar la voz por aquellos que por circunstancias de la vida, aún no pueden dejarse oir, y que tal vez nunca les dejen ver la luz del sol, pese a que ya han nacido a la vida.

Incluso a la PROFETA DE LA MUERTE (y vergüenza de su madre), la señora ministra Bibiana Aído, le deseo lo mejor, y me partiría la cara porque a ella nunca la hubiesen podido MATAR mientras estaba estaba ya viva en la barriguita de su madre. Igual que ella, todos los que vienen por detrás también tienen el DERECHO A VIVIR!!!!
No hace falta ser católico para respetar la ciencia y defender la vida. Basta con conocer el dato de que el concebido ya está vivo. No dejes que te confundan con artimañas como que esa criatura es inviable: si a ti o a mi nos sacan de nuestro espacio natural, y nos sumergen en el agua o bajo tierra, también nos convertimos en inviables para la vida (por cierto, luego le dan caña a los católicos con el tema de que siempre están con los ricos. Pues no se yo qué beneficio económico puede obtener esa Iglesia de defender la vida).
Síntoma de la confusión a la que nos inducen es que con nuestro propio dinero robado en forma de impuestos, nos lo devuelvan en forma de migajas y condicionado a RENOVAR EL COCHE, O EL FRIGORÍFICO, y cosas así, y en cambio la única "ayuda" que se les da a las madres es MATAR a las criaturas que llevan dentro, convertir su seno en CAMPOS DE CONCENTRACIÓN LEGALIZADOS. Un poquito de por favor...
El caso es MATAR, a cualquier precio, INSULTANDO, DENIGRANDO, y ATACANDO al que defiende la vida. Seguir con la MUERTE hacia adelante, con CONTUMACIA, a cualquier precio.
Una vez más, se pone en evidencia la máxima antihumanista:
¡¡¡SOCIALISMO O MUERTE, VALGA LA REDUNDANCIA!!!

Anónimo dijo...

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