Aquí me tenéis, en Viernes Santo, sentado ante mi ordenador dispuesto a escribir cualquier cosa para deleitaros con mi ingeniosa prosa. Como sabéis los que me conocéis, no me ha dado por irme a hacer turismo en estos días porque no me gusta, y además tengo que reconocer que, a pesar de ser creyente (más o menos), todos estos espectáculos procesionales me resultan soporíferos y las aglomeraciones me incomodan.
¡Con lo bien que se está en casa o paseando por sitios donde la densidad humana es de dos o tres personas por hectómetro cuadrado!
La verdad es que podría haberme ido a la playa para aburrirme allí, pero he preferido ahorrarme el tedioso viaje y hacer lo mismo en mi casa (aburrirme).
Mis actividades en estos días de asueto se resumen en las siguientes:
-Correr.
-Comer (poco, porque el cocinero de la casa se ha ido a su tierra).
-Ver la tele (mucho, porque no tengo con quién entablar debates crispados).
-Cagar (eso lo hago a diario, no hace falta que esté de vacaciones).
Probablemente mis planes vacacionales parezcan un tanto aburridos y, ahora que veo enumeradas mis actividades, tengo que rendirme ante la evidencia y reconocer que son un tostón. De hecho ahora estoy escribiendo para intentar huir de este aburrimiento que me inunda.
Tal vez debería dejar de ser tan asocial y comprarme un traje de nazareno para pasarlo tan bien como parecía que se lo pasaba una familia sevillana que salió ayer en España Directo. El padre y los hijos (y no recuerdo si también la madre) andaban ilusionadísimos enfundándose su túnica morada y su capirote para salir a vivir “La Madrugá”. Lo que más me impresionó fue saber que esos trajecitos tan monos cuestan una media de cuatrocientos euros. Según dijeron, algunas familias se gastan unos dos mil o tres mil euros en concepto de vestimenta y complementos varios para lucir en las procesiones. Confío en que los que sean capaces de gastar tal dineral no vayan luego diciendo por ahí que son pobres y que no llegan a fin de mes (no es cierto, no confío en absoluto en tal cosa. Se harán los mártires como casi todo el mundo).
Voy a ver si fundo una cofradía laica en Valdebernardo para que el año que viene podamos salir por estas calles dedicadas a grandes personajes de la Segunda República (Indalecio Prieto, José Prat) o a palabras sagradas de nuestros días (Avenida de la Democracia), vestidos como los del Ku-Klux-Klan pero teñidos de negro o morado, que por aquí no hay tradición de procesiones y lo mismo nos confunden con aquellos y nos pegan (con razón). Estoy convencido de que sería una gran aportación a la cultura de este barrio. Pediré a Pedro Zerolo una subvención. Siendo una cofradía laica, seguro que cuento con su apoyo.
Lo que aún no tengo claro es qué imagen elegir para llevar en el paso que acarreen a hombros los cofrades (y las cofrades, porque ésta será una cofradía paritaria). Podría ser una talla de Carlos Jesús (o de Christopher, o de Micael), o tal vez sería mejor llevar una estatua de ZP o de Chiquilicuatre. En cualquier caso, como será una cofradía plenamente democrática, lo elegiremos en asamblea popular con la posibilidad de enviar SMS’s para participar desde cualquier lugar del mundo.
17 comentarios:
Estimado Galáctico,
No consigo entender como es posible que te aburras teniéndote a ti mismo para tu propio deleite y disfrute.
Ya quisiera yo...
Un aburrido y santísimo saludo.
Yo me apunto a esa cofradía, yo creo que haríamos historia. En vez de velas llevamos una barra de pan, para ponerlos moraos despues de la caminata.
En vez de Cristo sacamos figurillas de "Al Ataque", que han hecho tanto por la sociedad.. y en vez de saetas, sacamos una comparsa bien cutre , tipo las bandas de tocan en la fiestas del pueblo de mi padre, mucho leotardo y brillantina.
Pues aquí estoy también en casa la mar de tranquila, con la que está cayendo, pero como dice Carlos, no creo que te aburras solo, sobre todo porque el mundo está lleno de bizarrías, hoy, date el gusto de ver"Cine de Barrio".
Mis queridos amigos:
Hoy he salido de mi letargo y he ido a comer unas torrijas a casa de mis padres y a hacer el bobo con mi pequeño sobrino Alejandrito y, como colofón final, ahora iré a casa de una amiga a jugar a un juego de mesa que ha inventado un amigo suyo. Es un plan bastante bizarro, así que ya os contaré la experiencia cuando regrese.
"iré a casa de una amiga a jugar a un juego de mesa que ha inventado un amigo suyo"...
Suena algo tórrido. ¿Me puedo apuntar?... je, je.
¡Vaya! Has llegado tarde, Carlos. El caso es que nos hubiese venido bien tener a un sexto jugador, pero habrías contribuido a agudizar aún más la falta de paridad en la reunión (dos mujeres y tres hombres), así que supongo que ZP no hubiese autorizado tu presencia.
Aclararé que en el juego no había que hacer “guarreridas sesuales”. Se jugaba sobre un tablero y entre las normas del juego no había ninguna que hablase de quitarse la ropa. De todos modos, como es posible que el creador del juego se pase por este necio blog, os insto a hacerle cualquier sugerencia sobre lo que penséis que puede hacer que un juego de mesa tenga éxito.
Pues yo también ví ese programa en el que comentaban el presupuesto por participar en las profesiones.
Yo no lo entiendo , si hay un Dios , no preferiría que con ese dinero se ayudase a gente necesitada? debe ser que no tengo la misma perspectiva del asunto .
Lo mejor de la Semana Santa , las torrijas y hacer el vago.
saludos.
Yo también me he aburrido en semana santa... Decimos de los gastos en las procesiones, pero hay gastos todavía más absurdos; sin ir más lejos, "Las Fallas", hacen unas "esculturas" preciosas para luego quemarlas... Y ya no hablemos de lo que esto supone para la capa de ozono...
Hola Nati:
Planteas un tema complejo. Me refiero a eso de suponer qué es lo que Dios quiere. Me parece bien que hagas la apostilla de “suponiendo que exista”. Yo no tengo dudas de que hay algo superior a mí, básicamente porque hay demasiadas cosas que yo no entiendo y no creo que tantas y tantas cosas que no alcanzo a comprender existan porque sí. Pero ese es otro tema.
Partiendo de la hipótesis de que Dios existe ¿Quién sabe lo que a Él le mola? Volviendo al tema del gasto aparentemente absurdo en túnicas y capirotes, es cierto que uno tiende a pensar ¿Y por qué no emplean ese dinero en hacer alguna buena obra? Pero si lo pensamos un poco más, nos daremos cuenta de que, si esa gente no comprase esos disfraces, los que los fabrican no tendrían ingresos y su economía se iría al garete, así que, al final, han hecho una buena obra con ese dispendio que otros no haríamos. Y si no sacasen esos pasos de Semana Santa, los orfebres y escultores que se ganan la vida decorándolos, tendrían que dedicarse a otra cosa que probablemente no se les daría tan bien como esa que para muchos es, aparentemente inútil.
Si llevamos las cosas al extremo, hasta el hecho de que haya maleantes tiene su parte buena porque, de no ser por ellos, no sabríamos lo bien que se vive sin atracadores, ladrones y terroristas. Estaríamos tan tranquilos siempre que no valoraríamos esa tranquilidad. Un saludo para los delincuentes.
Veo que al final me he ido por las ramas y sigo sin saber qué es lo que Dios quiere que hagamos. Aventuraré la hipótesis de que, tal vez, sólo quiera que hagamos lo que estimemos oportuno en cada caso, incluso aunque eso que hagamos sea una barbaridad. No en vano Él es el único que sabe por qué estamos por aquí y qué pintamos en este mundo mientras nosotros andamos un poco perdidos intentando averiguar el sentido de esto o, sencillamente, pasando de todo y dejando transcurrir el tiempo.
Acabo de leer lo que he escrito y creo que no lo he entendido ¿Alguien puede explicármelo?
Pues tienes razón, Bocaseca, es una pena que quemen esas obras de arte, pero tampoco es menos cierto que si almacenasen todas esas estatuas, los valencianos tendrían que irse a habitar Marte, porque toda la Comunidad Valenciana se quedaría corta para tanta falla.
Lo que no estaría mal es que, en lugar de hacer nuevas estatuas para quemar, el año que viene se llevasen todas las “obras de arte” del Museo Reina Sofía y las quemaran. Creo que no se perdería mucho, culturalmente hablando, y, como son cosas menos voluminosas, seguramente se reducirían las emisiones de CO2 y de CO, que es bastante más pernicioso que el CO2 aunque no genere el efecto invernadero.
Meteorismo,
Me alegro que salieras de tu encierro en Valdebernardo y compartieras unos entrañables momentos con Alejandrito y luego con tu amiguita, no debemos dejar que el autismo se apodere de nosotros, hay que socializarse y socialistizarse..
Breurk!.
Yo tambien me alegro que salieras a jugar un poco,es bueno que tengas esas iniciativas.
¡Felicidades!
Meteorismo te entiendo , creo que quieres decir , que ese tipo de tradiciones mueven muchos intereses monetaríos, y suprimirlas sería un error. Yo no quiero que desaparezcan y además, respeto a quien las sienten y participan.
También creo en un Dios , en un algo . Pero lo que yo entiendo por un buen comportamiento , que podría agradar a un Dios , no sería gastar 400 euros por salir desfilando en una profesión ,ni darme latigazos mientras camino descalza. Lo que no entiendo , es ese tipo de fé tan extremista.
En fín .. que cada uno haga lo que crea conveniente.
Meteorismo, danos alguna indicación más sobre el juego ese de tablero, que me he quedado con curiosidad.
Yo soy muy fan de los juegos de mesa. El otro día estuvimos echando Dorami y yo una partida del juego de rol la "Llamada de Cthulhu", sobre la cual ella prometió escribir un artículo para nuestro blog.
Me gustó mucho el libro de Lovecraf "La leyenda de Cthulhu". Algo asi era, al igual que "Viajes oniricos de Radolph Carter". ¿De que va el juego ese jajaja?
Satisfaré la petición de Jajaja de información sobre la esencia del juego que entretuvo nuestra tarde del sábado. Se requiere de un mínimo de cuatro jugadores pero es preferible que jueguen seis (el máximo tolerado).
Cada jugador dispone de cuatro fichas como las del parchís que habrá que ir moviendo por el tablero según lo que marquen los dos dados que se tirarán en cada turno.
El tablero es circular con casillas (seguras e inseguras) dispuestas en cinco (eso creo recordar) coronas circulares por las que hay que ir pasando hasta llegar al centro. Las fichas se mueven hacia la derecha y pueden subir al círculo superior únicamente a través de ciertas casillas “puerta”. Para hacer ese paso a un círculo más cercano al centro, hace falta contar con una tirada de seis puntos o que exista una ficha de otro jugador en la casilla en la que desemboca la “puerta”. Este es un detalle de lo que se pretende con el juego, que no es otra cosa que colaborar entre todos los jugadores para conseguir la meta, que consiste en llevar al centro del tablero una ficha llamada “bastón”, que irá cambiando de dueño según las circunstancias del juego.
Cada jugador tira dos dados, pero sólo usa los puntos del de mayor puntuación. Los puntos del segundo dado los puede utilizar cualquier otro jugador (sólo uno) para poner alguna de sus fichas en una casilla segura. Las tiradas con igual puntuación en ambos dados requieren que se lance otro dado con algunas caras en blanco y algunas con una figura. Si sale la figura, el jugador puede mover doce posiciones (entre todas sus fichas), pero si sale blanco, todas las fichas del tablero en casillas no seguras, serán eliminadas.
Una vez eliminada una ficha, si aún queda alguna del mismo color, ésta podrá atravesar una de las líneas de esa tonalidad (cuando los dados le permitan llegar hasta ella) y recuperarla. Vamos, que hay un método de “resurrección” de las fichas.
Si, a pesar del mecanismo de resucitación, un jugador se queda sin fichas, seguirá tirando sus dados para ayudar al jugador de su izquierda que aún no las haya perdido todas. Como veis, en este juego la rivalidad brilla por su ausencia. A ZP le encantaría.
La partida del otro día sirvió para comprobar si con la última versión de las normas establecidas por su creador, era factible conseguir la victoria. Al final acabamos eliminados cuatro de los cinco jugadores y con sólo dos fichas sobre el tablero. Decidimos rendirnos antes de que las dos fichas supervivientes fuesen eliminadas también porque en tan apurada situación era muy difícil conseguir nada.
Y con esto acabo la larga e incompleta descripción del simpático juego que, según creo, aún no tiene nombre. Se me ocurre que podría llamarse “Alianza de Civilizaciones”.
Muy guapo el juego. "Esijo" que respondas a estas dudas que atormentan mi mente:
Para cuando estara disponible en jugueterias y gasolineras???
Tendra instrucciones en catalan y euskera???
Que edad minima (mental) se "esige" para poder jugar????
Acepta pulpo como animal de compañia????
Como sabéis yo soy hombre chirigotero y cuando veo un disfraz me emociono. Asimismo ocurre cuando veo a un nazareno
Ya lo dicen los textos sagrados: "Padre, perdonales (con derecho a tuteo) porque cuando beben no saben lo que dicen"
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