sábado, 3 de noviembre de 2012

Todo está bajo control


Desde que ocurrió la desgracia en el fiestorro del Madrid Arena la pasada noche del día 31 de Octubre, no deja de hablarse de lo que pudo fallar y lo que habría que hacer para evitar que algo parecido pueda volver a ocurrir. Hay gente que parece extrañada de que, habiéndose cumplido todas las normas de seguridad, pudiese pasar lo que pasó. A mí lo que me extraña es que siga habiendo tanta gente en el mundo que piense que unas pocas decenas o centenas de personas puedan controlar a una masa de miles, por muchas normas de seguridad y por muchos controles que se pretenda hacer de la gente que entra y de lo que se introduce en el recinto del  evento (festivo, deportivo, político, religioso o del tipo que sea).
Está muy bien dictar normas para que la gente procure no generar situaciones de peligro y dotar a los recintos destinados a reuniones sociales del máximo número de dispositivos de seguridad, pero ante una estampida provocada por la estupidez de alguien (un petardo o unos gritos) o por el salvajismo de algún otro (unos tiros o una bomba) no hay nada que pueda hacerse. Miles de personas no pueden salir a la vez por ninguna puerta, por grande que sea, y si muchos de ellos llevan una cogorza de campeonato, la situación será aún más inmanejable.

Seguro que hubo montones de normas que no se cumplieron, es probable que el Ayuntamiento tenga alguna culpa, que los organizadores tengan su parte de responsabilidad y que algunos de los asistentes que se empeñaron en aglomerarse en la parte baja del recinto para vivir con más intensidad las vibraciones de la fiesta y mezclar su sudor con el de los demás, sean también causantes del desastre.

Ahora se seguirá hablando de esto (como lo hago yo), se cambiará alguna norma, se hará alguna prohibición y, para que la economía no se resienta, se seguirán haciendo fiestas masivas porque, lo queramos o no, parece que sin apreturas, alcohol y ruido, hay gente que no sabe divertirse (yo me permito dudar que eso sea divertido, pero soy un tío raro, así que seguramente esté equivocado).  Eso sí, la culpa siempre será de los poderes públicos que, como todos sabemos, deberían garantizar nuestra seguridad a toda costa. ¡Qué bien se vive sabiendo que nada malo puede pasarnos!
Lo único que queda claro de todo esto es que cuatro chicas han muerto y sus familias se han quedado sin ellas. Quizá acabe alguien en la cárcel o pagando una buena indemnización por su responsabilidad en el desastre, pero lo cierto es que estas cosas seguirán ocurriendo por más que nos “garanticen” que todo está bajo control.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Bastante de acuerdo con tu "pos".En cualquier aglomeración de personas y sobre todo en espacios cerrados pueden pasar este tipo de tragedias.Por supuesto que hay que extremar las precauciones,pero "todo" no está controlado..

Ender el Xenocida dijo...

Estimado Meteorismo. Todos sabemos de tu poca afición por ese tipo de festejos plagados de ruido, alcohol y muchas veces, de drogas, pero la juventud ha de poder divertirse y liberarse de las grandes preocupaciones que les atenazan durante una larga semana plagada de grandes responsabilidades y quehaceres (controlar el creciente flujo de whatsapp's que sus terminales último modelo no cesan de notificar, preocuparse por dónde van a realizar el botellón el próximo "finde", etc...) Éstas criaturas han de poder sentirse realizados y destensar sus estresados cuerpos y mentes con éstas sosegantes macrofiestas protagonizados de DJ's de gran renombre. Dicho ésto, queda claro que no se puede impedir a los jóvenes pasar sus días (o noches, más bien) de asueto disfrutando como les venga en gana. El problema es como hacer éstas magníficas sesiones lo más seguras para éstas criaturas. Los controles de aforo no creo que se estimen a ojo (por lo menos no debieran realizarse así). Supongo que se tendrán en cuenta factores como los m2 del local, el número y dimensiones de las salidas de emergencia, las personas mínimas que se necesitan como personal de seguridad, etc...
Supongo que si estalla una bomba dentro, efectivamente, ninguna previsión podría salvar a nadie. No obstante, si se hubiese cumplido nada más que lo que se comprometieron a cumplir los organizadores (7.000 personas de aforo y 75 guardias de seguridad en el interior) me atrevo a decir categóricamente que no. No hubiese pasado lo que ha pasado. Con 75 personas encargadas de la seguridad en el interior, se podría haber organizado y limitado cuando fuese pertinente el acceso de esos jóvenes tan necesitados de ritmos frenéticos al centro de la pista para ver a su ídolo musical. Se podría haber localizado a aquel o aquellos que se entretuvieron en lanzar bengalas y petardos al centro de la pista(seguramente entrenando para las cercanas fiestas de fin de año, póbrecitos).
Lo que no puede ser es que las normas, que a todos los infelices de a pie se nos imponen a diario en forma de multas, contribución, basuras y un largo etcétera, sean burladas de manera infame por un señor (el dueño de la empresa) que dicen las malas lenguas que para colmo es amigo del vice-alcalde de nuestro Ilustrísimo Ayuntamiento de Madrid. A eso no hay derecho y si tienen que rodar cabezas. Que rueden.
Me duele en el alma sólo el pensar en nuestros queridos políticos del Ayuntamiento teniendo que rendir cuentas por tales sucesos. Ésos mismos políticos que tras renunciar a una vida llena de lujos y suculentos sueldos en el mundo de la empresa privada, han puesto su vida a la entera disposición de sus conciudadanos. Honrados políticos, altruistas, sin más ambición que la de servir y mejorar la vida mediante sus inhumanos horarios de trabajo. Gente incorruptible, honrados hasta la médula, que rehusarían cualquier trato de favor para ellos o para sus familiares o amigos o vecinos o sirvientes. Gente, en definitiva, de la que queda muy poca por el mundo, con unos valores férreos que en definitiva son los que les guían siempre en su dura carrera política.
En definitiva: Aunque me duela sobremanera, se deben de cumplir las normas, y si por ello alguien pierde su cargo, seguro que lo hace con gran devoción, ya que las normas dictadas por ellos mismos han de cumplirse por todos.

Meteorismo galáctico dijo...

Estimado Ender:

Grandioso discurso, lleno de mesura y sensatez. Si han de rodar cabezas, que rueden y que se cumpla la ley (ya dijo Tarzán una vez aquello de "ley buena") y todas las ordenanzas que nuestros amados regidores redactan (con escaso sentido literario) por nuestro bien y para velar por nuestra seguridad. Es posible que así ocurran menos desgracias pero, no obstante, seguiremos viviendo esta arriesgada vida día a día sin saber si al anochecer reposaremos en nuestra cama (el que la tenga) o en el lecho eterno de nuestra tumba.

Anónimo dijo...

Yo lo que no termino de ver claro es en que manera se puede responsabilizar al arrendador de un espacio, de las tropelias que pueda cometer el arrendatario del mismo. Ya se que resulta muy socorrido siempre hablar de la clase politica, de sus excesos, sis amistades, etc, pero simplemente me resulta un poco hipocrita el argumento, y me explico:

En mi caso he tenido alquilado en mi casa a un buen amigo durante años. Desconozco si alguna vez consumió drogas en su interior, tubo relaciones con una prostituta, o simplemente regó los tiestos sin atender a las debidas medidas de seguridad que impidiesen que se le cayera la regadera y dejase frita a una inocente anciana que acudiese a comprar pan para una docena de hambrientas boquitas bajo su protección. Desconozco todo esto, pero quiero pensar que, de acontecer tan desagradables circunstancias, no deberia ser yo tomado por responsable de ellas, ni cabria el argumento de nuestra extrecha amistad para "cargarme el muerto", por mas que yo ejerciese alguna responsabilidad política (noo es el caso), que me hiciese más apetecible para la crítica del común.

En definitiva: Es una descracia lo ocurrido, a continuación puede ser tambien una cacería politica, y por encima de todo, es una hipocresia. Todo el mundo esta muy sensibilizado pero, que coños, cada cual a hacer lo mismo y el 31Dic todos juntitos de juerga ...

Meteorismo galáctico dijo...

Estimado anónimo:
Como diría un político, las responsabilidades las marca la ley que nos hemos dado todos y todas en el marco de nuestro estado de derecho democrático. Si la ley indica que el arrendador del Madrid Arena tiene la responsabilidad de velar por el buen uso que hace de ese recinto el arrendatario, habrá que exigirle que lo haga y, si no lo hace, tendrá que apechugar con las consecuencias. Tal vez esa responsabilidad exista para edicidios de uso público pero no para viviendas. La verdad es que no lo sé. A ver si, de entre los millones de lectores de este blog, aparece un letrado que arroje luz sobre nuestra ignorancia.

Javier de Lucas dijo...

Sr. Meteorismo.

Completamente de acuerdo en lo que dice, que por otra parte es poco, si me permite la obserbación, ya que por su puesto existe la posibilidad de que las exigencias legales sean más restrictivas para una administración que para un particular, (y la de que no).

La intuición me hace pensar que, de ser distinto el tratamiento en función de la titularidad del recinto, tenderá a ser más permisiva la ley para un ayuntamiento que para el ciudadano común, pero a la espera del veredicto del sabio pueblo, lector de este blog, ahi queda mi duda.

Como deseo personal, espero que no sean más restrictivas la leyes para un recinto publico de titularidad municipal dado que, de aplicarse la ley a partir de ahora con la rectitud deseable, va a resultar un prublema para la inmensa mayoria de los ayuntamientos y administraciones en general, es decir, de todos los ciudadanos que somos los que, a la postre, pagamos via impuestos los quebrantos de la administración de turno.

Digo esto porque se me ocurre que, propiedad de administraciones son recitos donde se juega al futbol cada fin de semana (supongo quue arrendadas a los clubes), se dan conciertos, actuan compañias de teatro, o simplemente se organizan ferias profesionales, todo ello eventoas subceptibles de sufrir un incidente.

Un saludo de un "corruto" ex-colaborador suyo.

Meteorismo galáctico dijo...

Estimado y “corruto” amigo Javier:
Me alegra sobremanera tenerte de nuevo entre los comentaristas de Libertad Diodenal. Gracias a todos y todas, cada vez hay más pluralidad por este humilde blog. Cada cual se expresa con arreglo a su hecho diferencial y a sus sentimientos de pertenencia a alguna de las subnaciones que conforman nuestro estado plurinacional.

Dicha esta sarta de memeces, agregaré que tus reflexiones me han hecho pensar en qué razón puede haber para que la administración pública tenga que cumplir requisitos menos estrictos que un particular (o viceversa). ¿No vivimos con arreglo al principio de igualdad?

Esto también me hace pensar en otra cosa que no acabo de comprender: ¿por qué razón damos por hecho que una empresa pública tendrá pérdidas y la misma empresa en manos privadas podrá ser rentable? ¿Estamos suponiendo que todos los empleados públicos son unos sinvergüenzas? ¿O será que estimamos que la dirección privada supondrá mano dura y excesos sobre los empleados que conseguirán unos beneficios que el cumplimiento exhaustivo de la legislación supuestamente llevado a cabo por los mandatarios públicos no conseguiría?

Esta última frase no la entiendo ni yo, pero no me apetece recomponerla.
Que usted siga bien, don Javier (y el resto de los que pasen por aquí ocasionalmente).

Ender el Xenocida dijo...

Señor Anónimo:
Desconozco si cuenta usted entre sus, sin duda, cuantiosos amigos con uno de nuestros queridos y amados políticos, pero es la única explicación que le doy a la fervorosa defensa de los mismos con que nos ha obsequiado en su comentario anterior.
En el a mi modo de ver desacertado ejemplo que ha expuesto, evidentemente usted no tendría ninguna responsabilidad respecto de la conducta de los inquilinos del piso a los que alquile su piso. Y digo que no tendría responsabilidad porque usted alquila un piso cuya finalidad es la de ser habitada por personas y es lo que usted consigue cuando lo alquila, que sea habitada. El gran problema acaece en el momento en el que el uso para el que está destinado el inmueble se pervierte y se lo pasa uno por donde amargan los pepinos. Si usted alquila una nave industrial para que viva una familia, usted tiene un problema porque el uso para el que está destinada esa nave es diferente del uso que le está dando la familia a la que usted se la ha alquilado. Y no es capricho, simplemente se tienen que cumplir unas condiciones mínimas de habitabilidad que seguramente la nave industrial no cumple para ser habitada, así como toda una serie de impuestos que no se estarían abonando.
Pues el caso del Madrid Arena es similar. Ese local estaba destinado en origen a ser una instalación deportiva. A algún lumbreras se le debió de ocurrir que podría sacarse algún dinerillo extra (el Ayuntamiento, no él, ¡por Dios!), y lo pusieron a disposición de empresarios para celebrar festejos masivos. De ahí viene la responsabilidad que a mi parecer tiene el Ayuntamiento, han dado un uso a unas instalaciones muy diferente al uso para el que estaban concebidas, sin modificar en absoluto las características de las mismas para adaptarlas a su nuevo uso. Con la ventaja de que como el propio Ayuntamiento da y quita las licencias, nadie puso trabas a poder darle ese uso diferente al original.
Supongo que tras mi nueva intervención en éste rincón lleno de buenos oradores y mejores entendedores, se habrán despejado muchas dudas al respecto de éste espinoso tema.
He estado encantado de arrojar luz en vuestras ensombrecidas mentes.

Javier de Lucas dijo...

Señor Ender.

Me parece bastante razonable lo que comenta acerca del alquiler de inmuebles y su finalidad. Por lo que parece, usted tiene un mayor conocimiento legal del asunto del que pueda tener yo y por tanto no voy a discutir ese enfoque.

Si me gustaria aclarar, que mis anteriores intervenciones se centraban más en lo que a mi entender, me parece un ejercicio de hipocresia colectivo por el cual, determinados acontecimientos a mi entender similares, pasan de tener poca importancia a ser de extrema gravedad en cuanto aparece la posibilidad de un enfoque politico concreto.
Como en lo que si puedo añadir algo de luz acerca de todo lo tratado es en lo concerniente a mis amistades: si puedo decirle con toda tranquilidad que no tengo ninguna amistad con cargo politico alguno ni profeso mayor afecto o rechazo personal por nadie con carné de partido. No creo por otra parte que la defensa de mi punto de vista al respecto de lo que tratabamos se pueda catalogar de fervorosa, pero ya se sabe que uno no es buen juez de si mismo, asi es que si a usted asi le pareció quizas este en lo cierto. Sea como fuere no se complique, la explicación es sencilla: no me mueve amistad ni interes alguno, tan solo un distinto punto de vista.

Si me gustaria, para concluir, reincidir en lo que era la base de mi opinión y que, sin quitarle una coma a lo que usted dice, creo que sigue siendo válida:

¿Acaso no se utilizan sistematicamente las plazas de toros para eventos deportivos, los campos de futbol para conciertos, las salas de conciertos para desfiles de moda, los auditorios para encierros reivindicativos sobre esto o aquello? En definitiva, si lo que debe sorprendernos es que los inmuebles no se usen para aquello para lo que fueron concevidos y por ello supuestamente la administración se ha situado fuera de la ley, pues permitame que le responda:

Me sorprende que se sorprenda y más sorpresa me causa aun que sorprendentemente nadie halla caído en cuenta aun después de tantos años miles actos. Es por ello que considero que hay mucha hipocresia.

Tan solo creo que lo que hay que tener es un poco de paciencia para ver que se va exclareciendo y algo más de coherencia a la hora de juzgar actuaciones ajenas, asi como a mantener una linea de indignación homegenea.

Un saludo a todos.

Zarzamora dijo...

Dejando aparte la desgracia sucedida. ¿Alguien me puede explicar por qué en algunas fotos salía una balsa hinflable sobre el público? ¿Quizá ese famoso DJ la utilizó para "navegar"sobre el enfervorizado público? ¿Eso es habitual?

Ender Wiggin dijo...

Amigo Javier De Lucas:
Lamento haber malinterpretado sus palabras. Estamos inmersos en una época en la que cualquier, ya no defensa, sino "no crítica" a la clase política es tomada como una muestra de simpatía con sus más que demostrados comportamientos mafiosos e insultantes privilegios. Le entendí en su primera intervención que le parecía hipócrita culpar a los políticos de la tragedia ocurrida, como si ellos no tuviesen responsabilidad alguna, como si simplemente "pasaran por allí".
Respecto al tema de utilizar diferentes instalaciones para fines diferentes para los que fueron concebidos, supongo que siempre se podrán utilizar cuando se cumplan los requisitos mínimos de seguridad (aforo máximo, número de salidas de emergencia, etc). Si son instalaciones cuya finalidad es la de la concentración de masas, supongo que igual dará que la gente congregada vaya a ver a José Tomás o a Julio Iglesias, siempre que el uso de la instalación sea correcto.
El tema de fondo es que todo cargo lleva ligada una responsabilidad, a pesar de que en éste país cualquier politicucho de cualquier poblacho ha hecho lo que ha querido sin que le hayan pasado factura sus fechorías. Lo que yo y muchos reclamamos es que, si el ayuntamiento tiene algo de culpa en los hechos ocurridos, que se depuren responsabilidades. A mi seguro que no me salpica nada porque no me dedico a la "mamandurria" en la política.
Un saludo y disculpe por malinterpretar sus palabras.