martes, 19 de julio de 2011

Reflexiones veraniegas 2

Esta mañana pensaba haber ido a dar una larga vuelta en bicicleta, pero al asomarme a la ventana he percibido una excesiva intensidad ventosa (atmosférica, no intestinal) y me he acobardado, así que aprovecharé el tiempo para escribir algo mientras oigo el ulular del viento.

Parece que el “notición” del día es que en la NASA han “demostrado” que una siesta de 26 minutos es una práctica maravillosa para llevar una vida sana y equilibrada. Este resumen lo he hecho yo a mi antojo a partir de lo que he leído que, a su vez, habrá sido redactado al antojo del que ha escrito el artículo en cuestión. El meollo de la cuestión es que en la NASA alguien ha hecho un estudio (nunca he sabido cómo se hacen esos estudios) concienzudo sobre la siesta y ha llegado a conclusiones que dejan a esa práctica en un excelente lugar.

No dudo de los beneficios de la siesta porque yo los experimento cada vez que me quedo traspuesto en el sofá o en mi puesto de trabajo. Estas siestas lectivas son un tanto embarazosas pero hay ocasiones en las que no puedo evitar cabecear mientras leo algunos tostones que no me interesan nada. No obstante lo peor no es quedarse dormido mirando la pantalla del ordenador, es mucho más embarazoso ver cómo se te caen los párpados mientras alguien te está hablando, y eso también me ha pasado unas cuantas veces.

No era esto lo que pretendía contar, mi reflexión de hoy tiene que ver con el hecho de que esos estudios que se hacen sobre todo tipo de cosas (algunas aparentemente intrascendentes o absurdas) suelen resumirse en ciertas pautas de comportamiento que, supuestamente, son válidas para todos y cada uno de los miembros de la raza humana o, por lo menos, en los breves artículos periodísticos que hacen los resúmenes, eso es lo que nos cuentan.

Yo me resisto a creer que una siesta de 26 minutos tenga el mismo efecto en un tipo que pasa el día sentado en el sofá sin hacer nada que en una persona que anda de aquí para allá doce horas al día. Tampoco creo que esos 26 minutos sean igual de aprovechados en un chavalín de cinco años que en un anciano de noventa. Somos todos tan distintos a pesar de nuestras grandes similitudes, que dudo mucho que cualquier estudio que concluya con una receta tan simplona como “la siesta modélica es la que dura veintiséis minutos”, tenga alguna validez.

Esto me lleva pensar que pueden ocurrir las cosas siguientes (una de ellas o las dos):

1-Los estudios con los que rellenan espacio en periódicos e informativos diversos cada día son completamente absurdos e inútiles (salvo para los que ganan dinero haciéndolos).

2-La forma de comunicar los resultados de esos estudios es tan mala que se tergiversa todo al intentar resumir conclusiones amplias y complejas de estudios igualmente amplios y complejos.

Se acabó esta insulsa reflexión de hoy. Voy a ver si investigo algo importante de verdad como las razones de la ruptura de Jennifer López y Marc Anthony.

4 comentarios:

Lucrecia Borgia dijo...

Una mala siesta te puede provocar trastornos digestivos y cefaleas.
Lo que puede ocurrir es que si se tiene una siesta prolongada se dificultará la digestión en las personas.
Lo que se debe tener es una posición medio sentado, no ver televisión, eso resultará revitalizante para la persona.
La siesta es un hábito saludable que debe durar unos 20 minutos.
No se trata de dormir sino de reposar un rato.
Jennifer López se separó de Marc Anthony, porque estaba noviando con el actor cubano William Levy... ;-)

saludos

Meteorismo galáctico dijo...

Estimada e ilustre Lucrecia:
Veo que tus conocimientos sobre la siesta y sobre Jennifer López son extensos, no obstante no comparto la tesis de que es mejor sestear sin ver la televisión. A mí me resulta grato poner “Sálvame” y comprobar que, a pesar del griterío que se forma cuando debaten “civilizadamente”, yo soy capaz de conciliar el sueño (sin pesadillas aderezándolo). Es probable que esta capacidad mía no sea extensible a todos los seres humanos, porque tengo entendido que muchos necesitan silencio y poca o nula luminosidad ambiental para poder quedar traspuestos.
Acabo de darme cuenta de que en unos minutos comenzará Sálvame. Me voy a dormitar.

Anónimo dijo...

Hombre, ya era hora que volvieras a postear, lerdísimo Meteorismo..
El post es completamente insustancial, como no podìa ser menos, pero me agrada que Lucrecia Borgia nos cuente las razones de la separación de Jennifer y Marc..
Por cierto, "esijo" que pongas algún comentario en mis últimos "pos" y tb colabores en el siguiente blog:
La Explosión de la Supernova
Es de un compañero realmente bizarro y con la cabeza llena de conocimientos inútiles, como nosotros..

Paloma Polaca dijo...

Los estudios estúpidos es una asignatura obligatoria en la carrera de Periodismo (que tras Bolonia se va a convertir Ingeniería Famosera).

La idea es básica, cuando las página de tu periódico empiecen a clarear mete un estudio idiota. No se trata más que de una manera de meter paja...Y después de una paja que bien sienta una siesta.