miércoles, 20 de mayo de 2009

Andreíta ya ha hecho la comunión

Como ya sabréis todos los seguidores de Libertad Diodenal, Andreíta ya celebró su primera comunión. A pesar de los rumores previos sobre la posible ausencia de Jesulín, nuestro pintoresco torero acudió con casi toda su familia. Faltó María José Campanario, una pena, porque habría sido interesante ver cómo se ignoraban Belén y ella o, mejor aún, cómo se peleaban.

Según he leído en abc.es, Jesulín y Belén se sentaron juntos para seguir el protocolo de estas celebraciones pero ¡pasmaos! no se saludaron ni se dieron la paz ¡Qué tensión!

Yo diría que, puestos a hacer el paripé celebrando una ceremonia que, probablemente, les traiga al fresco, podrían haberlo hecho completamente y haberse estrechado la mano mientras cantaban ese bello cántico de “la paz esteeeeeé con nosooootros, la paz esteeeeeé con nosotrooooooos…”.

Esta trascendental noticia sirve para suscitar el debate sobre los rituales paripeísticos de nuestra sociedad. No digo que todas las comuniones sean un paripé, pero creo que no me equivocaré mucho si digo que muchas de ellas serán también las últimas. Comprendo que mucha gente a la que la cuestión religiosa le da lo mismo o, más bien, le produce urticaria, se avenga a celebrar estos rituales por evitar que sus hijos queden descolgados de lo que hacen sus amigos. Yo diría que en este tipo de cosas, hoy por hoy, prima más el hecho de que casi todo el mundo lo hace que el sentimiento real de que es algo que deba hacerse.

Es lo malo de que las cosas se popularicen en exceso, al final pierden su sentido (si es que alguna vez lo tuvieron) y se hacen por tradición más que por una convicción meditada. Justificar ciertas cosas con eso de que es una tradición centenaria me parece de lo más cutre aunque, eso sí, comprensible.

En el caso particular de las comuniones, dudo que los niños que reciben ese sacramento religioso sepan realmente lo que están haciendo ¡Ni siquiera lo sabemos algunos de los que somos unos carcamales…! Además me temo que las catequesis son más una especie de charletas estilo Flanders (término acuñado por mi amigo jfreyba, sacerdote y bloguero abnegado) que otra cosa. Tampoco creo que a esas edades tan tempranas se pueda comprender un discurso teológico, así que no sabría proponer una alternativa a la “flandersización” religiosa de los niños.

Y ahora hablemos de Andreíta, que para eso he escrito este tostón.

6 comentarios:

Jajaja dijo...

Francamente, Meteorismo, este artículo me ha decepcionado. Con el título nos prometes un análisis sobre la Primera Comunión de Andreíta pero, luego, aparte del interesante detalle entre Jesulín y la Esteban, te lías a hablar de Religión, que es una cosa antigua que ya no le interesa a nadie, y te olvidas de la comunión de la niña.

¿Se ha hecho Andreíta prueba de peinado? ¿Dónde tenía su lista de comunión? ¿Con quién abrió el baile...? Queremos saber, Meteorismo ¡Queremos saber!

Anónimo dijo...

Ahora la única motivación que tienen los niños son los regalos que van a recibir. El mío no la va a hacer, y su abuela le intenta convencer diciéndole que le van a hacer muchos regalos. ¿Dónde está el fin de la comunión?.

Me libro de vestirle de marinerito y de hacer un paripé ridículo. Si cuando sea mayor la quiere hacer, que la haga, pero con conocimiento de causa, no por tener "más regalitos".

Por cierto, es una pena no poder verle la cara a Andreíta, que supongo que seguirá igual de fea que siempre, y ahora, además, gorda y patizamba. El único majo de esa historia es el actual marido de la Esteban, que es normal, o eso parece.

Meteorismo galáctico dijo...

Hay que reconocer que mis aportaciones de los últimos tiempos son un fracaso. No acierto con tan exigente público. Es cierto que debería haberme esmerado en recopilar toda la información posible acerca de los detalles de la celebración de Andreíta. Podría haberme acercado a la iglesia donde tuvo lugar el evento. Desperdicié una oportunidad de oro de poder ver a la hija de Belén Esteban sin la cara emborronada. Pero ya es tarde para lamentaciones, habrá que investigar a qué colegio va la niña y quiénes son sus compañeros. Seguro que podré hacerme con alguna foto de grupo en la que aparezca la simpática y desconocida niña.

Estimado anónimo (o anónima):
Por tus comentarios da la impresión de que eres uno de los privilegiados que ha podido ver la cara a Andreíta ¿Podrías hacernos un retrato robot de la niña? Pero no le exageres la gordura ni la patizambez, que queremos que sea un retrato lo más fiel a la realidad posible.

Saluda a la abuela de tu hijo y dile de mi parte que su método para convencer al nieto de hacer la comunión es el mejor para conseguir que en el futuro tenga un concepto extremadamente negativo de la religión, y no es para menos.

Ful dijo...

Esto me parece intolerante. Meteorismo, has llegado ya al límite de lo aguantable. Pero quién eres tú para meterte con la Primera Comunión. Seguro que tú eres de los que niega que Jesucristo está dentro de la sagrada hostia en cuerpo, alma y traje de Camps. Hoy es uno de esos días que me avergüenzo de ser el Presidente del club de fans de tu blog para la Región de Murcia.

Un niño de 7 años tiene ya conocimiento suficiente para que le den hostias (sagradas formas). Además, no sólo es inteligente a esa edad sino que se le debería dejar abortar y conducir camiones de más de 3500 kilos.

Esijo rextificación

Anónimo dijo...

¿Para cuándo un "pos" homenajeando a la grandísima Susana Estrada?..

Meteorismo galáctico dijo...

¡Bienvenido de nuevo a Libertad Diodenal, amigo Ful!

Tengo que aclarar que no me meto con la primera comunión, ni con las posteriores, me meto con la necedad de la que hacemos gala (yo el primero) dejándonos llevar por la tradición o la moda aunque no comprendamos o, peor aún, no compartamos, aquello que implican.

El que haga algo con pleno, o parcial, convencimiento de que lo que hace es lo que tiene que hacer, no es objeto de mi crítica. Pero el que lo hace porque es tradición, me parece un canelo. Y aquí tengo que dejar constancia de mi canelez porque soy el primero que he hecho y, probablemente, haré muchas cosas sin estar convencido de su conveniencia, sólo por no contrariar a otros o por no salirme de lo que se espera de mí (soy tonto, pero eso ya lo sabéis casi todos).

A seguir bien, Ful.