Acabo de leer un titular que, por lo habitual, no me ha impresionado mucho pero que me ha hecho pensar y me servirá para soltar un rollo en nuestro querido blog. El titular es el siguiente: “Muere apuñalada por su ex-novio una joven de 20 años”.
La chica en cuestión paseaba con su actual pareja (que también se llevó varias puñaladas) y con su hija (que se libró de ser acuchillada). Ante sucesos como este yo me pregunto si la razón de que estas cosas ocurran no será esa maldita costumbre que tenemos los seres humanos de considerar a nuestra familia como una propiedad más. No hay más que escuchar las letras de múltiples canciones de “amor” para ver cómo se repiten cosas como “eres mía”, “soy tu dueño”, “nadie te querrá más que yo”, “sin ti me muero”, “la vida sin ti no tiene sentido”, “no soy nada sin tu amor”, etc., etc.
Yo diría que manejamos un concepto del amor tan falso como absurdo. No seré yo quien vaya a dar aquí lecciones magistrales de lo que es el amor verdadero, pero sí me atrevo a decir que todo lo que reflejan esas frases que he enumerado, no es amor sino estupidez, y una estupidez muy peligrosa porque la gente que acaba identificando esa sarta de memeces con el amor, acaba sintiendo que es realmente dueño de su “amada” y que sin ella nada tiene sentido, cosas que, en ocasiones, acaban conduciendo a semejante cretino a actuar de la manera que, por desgracia, tantas y tantas veces vemos repetirse.
El amor eterno es algo maravilloso, pero como somos muy cutres y, en la mayoría de los casos, no sabemos mostrar ni siquiera amor efímero, deberíamos ser sinceros con nosotros mismos y, antes de considerar a alguien de “nuestra propiedad”, plantearnos si querríamos ser considerados también una “mercancía” propiedad del otro a quien queremos subyugar con nuestro gran “amor”. Si nos planteásemos así las cosas, tal vez nos diésemos cuenta de que eso del amor no tiene nada que ver con la posesión y todo que ver con la entrega y, probablemente, nos daríamos cuenta de lo difícil que es sentir amor verdadero por alguien. Lo malo de esto sería que, al tomar conciencia de la realidad del amor, seguro que dejarían de escribirse poemas y canciones de esos que tanto gozo nos proporcionan (a mí me encanta tararear las canciones de Luis Miguel cuando voy en el coche) y se acabarían los culebrones de enredos amorosos que tan entretenidas tardes de televisión nos permiten tener.
P.D.- Ayer se puso en contacto conmigo una nueva víctima de nuestro timador japonés. En esta ocasión utilizó el nombre de Yoto. Estad alertas porque Kashuma (o Yoto) sigue aposentado en Madrid y cualquier día podéis tener el gusto de toparos con él (según me cuenta la última víctima, sigue llevando coleta y gorrita).
7 comentarios:
¡Por fin un tema que suscita mi interés!
Lo primero transmitirme mi más sincera enhorabuena, el tema me gusta bastante y el artículo me parece bueno.
El domingo pasado sin ir más lejos estuve viendo en la televisión un documental, no recuerdo en que cadena se emitió, que trataba precisamente de este tema, para ser más exacta: "Los celos". Pues bien, al parecer la hembra humana, es decir la mujer, es la única de la clase de los mamíferos dónde no revela al macho cuando se produce la ovulación (¡afortunadamente, imaginaos si tuvieran que mear, además de lo que ya aguantamos las mujeres!), como suele ocurrir en el resto de los mamíferos, no hace falta indicar al macho esta etapa del ciclo femenino, todo ello es debido a las capacidades de raciocinio y de relación que tiene el hombre frente al animal. Ahora bien, también nos asemejamos al resto de los mamíferos en otros muchos aspectos, no hace falta que recuerde a nadie que en las épocas de celo, existen peleas que llevan al macho hasta la muerte en algunos casos, todo esto es por el instinto de perpetuar la especie, el macho marca su territorio orinando alrededor de la hembra para indicar al resto de la manada que esa hembra es SUYA, ¿no somos tan diferentes verdad?. Sin desviarme del documental, en él se manifestaba que los celos, tenían una base en la conducta animal.
Creo además que los celos tienen también una influencia geográfica-cultural, nosotros somos latinos, sinónimo de "sangre caliente", apasionados, ¿ello significa acaso, eres mía o de nadie? y un montón de frasecitas en las que podría rellenar folios y folios. A esto podríamos sumarle que la mentalidad machista también deja su huella y que por desgracia un gran número de veces degenera en la violencia, como se refleja al comienzo del artículo. Me podría extenderme tanto en este tema que acabaría por aburriros, pero para centrarnos en el objetivo de este artículo, el como entendemos el amor verdadero, en lo que si que estoy de acuerdo es en una de las frases empleadas "el amor no tiene nada que ver con la posesión y todo que ver con la entrega"
Acabo de miccionar en cada una de las esquinas de mi hogar para que quede claro quién es su dueño. Pensaba haber plantado uno de mis “pinos” en cada rincón, pero eso me ha parecido excesivo.
Juer Peich, buen comentario "ta salio", totalmente de acuerdo contigo.
Por cierto no se si estoy escribiendo esto en el sitio correcto o en un informe policial porke tu blog ha decidido ke ya se sueco y al loro como me lo pone todo
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Viva los reyes de suecia !!! ;-P
(Pero ke reinen en su casa )
Viva Kashuma !!
¡Mi querido Olof! Para mí es un gozo indescriptible ver un comentario tuyo en este blog, ya sea escrito en lengua hispana o en sueco. Me agrada ver que aún no te has rajado y sigues en aquella tierra donde el sol no se pone en verano y en la que no aparece en invierno.
Me gusta el nombre que has elegido porque, además de ser típico de Suecia, me recuerda el “olof” pestilente de tus cuescos.
A seguir bien.
Quiza , un maltratador asesino de su pareja, lo que sienta hacía su víctima ,sea pasión ,no amor.
Miedo a perder algo a lo que esta acostumbrado , y piensa que es suyo. (ese sentimiento es parte de la cultura).
Cuando amas , deseas , que la persona amada sea feliz.Y comprendes su abandono,aunque cueste aceptarlo.
La realidad imita a la ficción.
Una historia en la que a un tío le deja su churri, se queda hecho polvo pero sigue con su vida (que el amor está muy bien, pero tener la andorga llena es aún más importante) y al final encuentra a otra tía con la que se rehace, es muy real pero vende poco. Lo que el público pide son culebrones y romances torturados. Lógico, porque nuestras vidas son de lo más insulso comparado con lo que nos ofrece la ficción. ¿A quién no le gustaría partirle la boca, como haría “Yan Clod Van Dam”, al que, en la discoteca, te ha echado toda su bebida por encima? ¿Quién no estrangularía, al más puro estilo “Dar Veider”, al del banco cuando te dice que la aplicación informática no les permite devolverte las comisiones que te han cobrado erróneamente? ¿A quién no le gustaría ser omnipotente como Dios? Pero, como todo esto es imposible, nos tenemos que conformar con algo que pensamos que sí está a nuestro alcance: vivir pasiones desenfrenadas. Falso. En la ficción “Romeo y Julieta” es una historia de amor inmortal, en el mundo real no pasaría de una columna en la página de sucesos.
¿Puedo firmar el post? Excelente
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