martes, 26 de junio de 2007

No entregaron su vida, se la quitaron

Hoy han preguntado a uno de los concursantes del programa de Carlos Sobera sobre el Guernica de Picasso. Se preguntaba si Picasso había donado el cuadro a la República de España o si, por el contrario, había cobrado 5.000 pts, 150.000 pts. o 150.000 francos. El concursante, candoroso como él solo, ha respondido, tras meditarlo un rato, que fue una donación y, claro, ha perdido todo lo que llevaba ganado porque realmente el cuadro fue pintado por encargo y, como es natural, cobrado por el pintor (el precio fue de 150.000 francos).

A mí eso es algo que me parece perfecto, pero veo que aún hay gente que cree que muchas obras sociales, culturales, artísticas o del tipo que sean, se hacen por amor al arte, por la cara, gratis total. Es cierto que existen personas que hacen cosas de modo desinteresado (conozco a uno que anda todo el día apañando ordenadores a familiares, amigos, amigos de amigos, vecinos de amigos, etc., a cambio de una merienda o, si ya está saciado, a cambio de nada) pero, si esas personas son famosas y están rodeadas de una pléyade de pelotas que les hacen sentirse semidioses, la cosa es más rara.

Encadenando cosas en mi extraña mente, he acabado pensando en el desgraciado tema de los soldados asesinados en el Líbano (vaya desde aquí nuestro pésame a sus familias), como han muerto en acto de servicio, parece que hay que elevarlos a los altares porque, según dicen algunos, han entregado su vida defendiendo a otros o sirviendo a su patria o qué sé yo qué más bellas cosas. Yo diría que, más que entregar su vida, lo que ha pasado es que una panda de degenerados se la ha quitado.

¿Por qué nos empeñamos en querer dignificar las cosas diciendo falsedades sobre ellas? ¿Acaso no es suficientemente digno ser soldado sólo por dinero? ¿Es que yo, que soy informático, no lo soy para ganar mi sustento? ¿Por qué un soldado tiene que estar dispuesto a entregar su vida por la patria? Tres de los soldados eran colombianos nacionalizados españoles. Es probable que se nacionalizasen por amor a España, pero también es posible que lo hicieran porque tenían la posibilidad de hacerlo y era una ventaja para ellos (yo también aceptaría otra nacionalidad si me conviniese y pudiera conseguirla). Aunque nunca lo sabré, me inclino a pensar que, ni los colombianos ni los españoles se alistaron pensando en la posibilidad de morir con las botas puestas. Tal vez lo hicieron porque necesitaban un trabajo y ese no les pareció mal ¿Está prohibido alistarse al ejército sólo para poder ganarse la vida y sin ánimo de hacer heroicidades?

¿Alguien cree que todos los soldados desplazados en el Líbano han ido allí para defender la libertad, la democracia y todos esos grandes valores? Es probable que alguno de ellos sí, pero la mayoría habrán ido porque allí les pagaban tres mil euros al mes y aquí sólo quinientos ¿Acaso eso es indigno? Yo diría que no, es más, yo diría que tres mil euros por estar a unos cuantos miles de kilómetros de casa arriesgando el cuello es una basura de sueldo, conozco a muchos que ganan más que eso por hacer el paripé cada día sentados en una cómoda silla.

Al final, como siempre ha pasado, cuatro idiotas montan una guerra y cientos de pobres diablos mueren sin saber por qué. Y, mientras tanto, esos cuatro cretinos andan de reunión en reunión simulando que quieren resolver el problema que ellos crearon.

P.D.- ¿Cuándo va a llegar a España el calentamiento global? Estamos a 26 de junio y tengo fríos los pies.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Meteorismo, ¡cuánta lucidez esconde tu grasienta cabeza!
En los tiempos que corren está mal visto hablar de dinero, no es políticamente correcto. Por ejemplo, cuando un futbolista cambia de equipo, lo hace para mejorar deportivamente, por amor a los colores o por cualquier otra excusa estúpida, no se le ocurre decir que es para ganar más, no vaya a ser que alguien crea que juega al fútbol para ganar dinero.
Para ver que el dinero no es políticamente correcto, sobre todo entre los ‘pogres’ no hay más que leer este bonito artículo con unas frases muy representativas:

…un tesoro valorado en unos 370 millones de euros, la ministra dejó claro que el valor de un pecio nunca se mide en términos económicos, sino "en función de la información histórica que pueda aportar sobre nuestro pasado, que es un bien de todos".
o
"España no defiende intereses mercantiles. España defiende lo que los ciudadanos nos demandan, que es la protección de nuestro patrimonio"

Yo no se lo que dirá el resto de la ‘ciudadanía’ pero yo desde luego lo que demando es que si los 370 millones de € son ‘nuestros’ si hace falta se mande a la ‘Menestérica’ que lo de salvar el patrimonio está muy bien, pero 370 millones están mejor.

Dr. Flatulencias

Anónimo dijo...

Estimado Pablo:

Esta semana me ha pasado algo tremendo. Despues de unos años abusando del alcohol y las drogas, se han notado los efectos. Como sabes acaban de inaugurar la temporada de la piscina, asi que me disponia a ponerme mi fantastico bañador rojo (si, ese que me copiaste) y, a pesar de estar la goma sin ningun tipo de condicion elastica, no me ha entrado. Ese bañador que he lucido orgulloso temporada tras temporada no me entra debido a mis lorzas. Eso me ha hecho pensar y he decidido emprender la operacion bikini 07, de modo que he abandonado los vicios que me han echado a perder y me he comprado una flamante bicicleta. Acabo de llegar de hacer la clasica Abantos Collado de la Mina y, como no, me he acordado de ti. Asi que cuando quieras damos un paseito por aqui, yo voto por la II subida a la Bola Del Mundo, ya que la otra vez salimos un poco escaldados. Pues lo dicho, cuando quieras (salvo los proximos 15 dias que me piro de vacaciones) a pedalear. Mi mail es tiobarras (·%2arroba%$&) gmail com.

Por cierto, mi ordenador no me deja poner tildes por un virus asi que cuando vengas, ya de paso, me lo arreglas. Mas que nada por tu aversion a las palabras mal dichas y mal escritas, no creas que es por explotarte.

Meteorismo galáctico dijo...

¡Tiobarras! ¡Qué alegría me da saber que has decidido apartarte del camino de la putrefacción alcohólica para regresar a los derroteros del deporte psicopático!

Me hace ilusión repetir aquel ascenso a la Bola del Mundo saliendo desde Villalba, subiendo la Barranca y Navacerrada para culminar el las rampas de ese emblemático alto de la Sierra de Guadarrama. Si no me pongo en contacto contigo tras esos días de asueto que no sé si te mereces (¿acaso es cansada la labor de los guardas forestales?), no dudes en recordarme nuestra cita pedalera y encontraré un hueco en mi apretada agenda para el reencuentro de nuestras ilustres y necias personas.

P.D.- Guardemos un minuto de silencio por nuestros bañadores rojos con palmeritas. ¡Qué de buenos momentos pasamos enfundados en ellos!

Carlos García R. dijo...

¿No debería también haber sitio para el romanticismo y el sentimiento?

Hay mucha gente que se busca la vida, pero no se mete, porque no le sale de las gónadas, en un ejercito donde en una misión "humanitaria" se las puedan reventar.
Estoy convencido de que a estos muchachos y/o muchachas les mueve otro pequeño pero gran ingrediente que no es precisamente el dinero.

Por una vez, no estoy del todo de acuerdo contigo, amigo Galáctico.
Espero que no por ello me guardes rencor y dejes de cortejarme de vez en cuando.

Diodenales saludos.

Meteorismo galáctico dijo...

Mi querido Carlos:

¡Por supuesto que habrá personas que se alisten en el ejército por vocación! Yo sólo planteo que, con gran probabilidad, ese grupo de militares vocacionales es muy pequeño (tengo que decir, como siempre, que eso es lo que yo creo. No cuento con el aval de ningún sesudo estudio que pueda presentaros).

Entrar al ejército, probablemente, es más fácil que entrar en Telefónica o en IBM (tal vez en esta última empresa no sea tan difícil la cosa). El ejército está necesitado de personal y hay mucho personal necesitado de un empleo para poder subsistir, así que me temo que habrá más soldados por necesidad que por vocación o, por lo menos, un nutrido grupo de aquellos, así que prefiero que no me cuenten milongas sobre el amor de los soldados a su patria y esas cosas. Todo eso sin menoscabo de su arriesgada y sacrificada labor que, como vemos de vez en cuando, acaba con la muerte de algunos de ellos y que, ciertamente, nos permite vivir con un poco más de seguridad.

Carlos García R. dijo...

Reconozco, amigo Galáctico, que tras tu brillante análisis, he de darte la razón.

Quizás yo tengo una imagen demasiado romántica de la profesión militar, y ello condiciona mis opiniones.

Como casi siempre sucede, la realidad supera a la ficción.

Saludos.