
En el Manifestómetro, un blog que, como todos, por mucho que pretendan lo contrario, es altamente tendencioso pero, a pesar de ello, creo que hacen un trabajo correcto y, por lo menos, explican cómo hacen los cálculos (no como otros), han calculado el área de la zona de la congregación y salía un área de 48.530 metros cuadrados. En ese área, si la gente hubiese estado bien apretadita (sin poderse mover), habrían cabido únicamente unos doscientos mil manifestantes. Podemos duplicar o triplicar el área y aún no saldrían los casi dos millones de personas que con tanta ligereza pregonan algunos. Por si sirve de algo, en el Santiago Bernabéu caben únicamente 110.000 personas (con gradas situadas unas sobre otras). Harían falta más de diez estadios como ese para albergar a la multitud que pretenden que hubo en las calles de Madrid.
A mí me importa un pito que fuesen cien mil o dos millones, sé que fue mucha gente y que es probable que la mayoría de ellos fuesen con su mejor intención para defender algo en lo que creen: que la vida del no nacido es tan respetable como cualquier otra.
Esa idea yo también la defiendo porque creo en ella, por eso me repatea que haya unos cuantos cretinos que se empeñen en jugar al “nosotros somos más y por eso tenemos razón” en lugar de al “seamos los que seamos, estas son nuestras razones y creemos en ellas”.
Cuando se recurre a sacar a la gente a la calle en masa, por muy encomiable que sea lo que se defiende, a mí me parece que se pierde algo de credibilidad. Y si se manipulan las cifras para hacer creer que se ha conseguido sacar de casa a más de los que realmente han salido, la cosa toma un cariz un tanto despreciable.
Lo importante debería ser lo que se defiende y no cuántos lo defienden, pero nos han acostumbrado a que la mayoría tiene la razón y ahora todos nos empeñamos en demostrar que somos mayoría en lugar de intentar explicar por qué creemos que tenemos razón.
A esta manifestación han acudido a título particular algunos altos cargos del PP. Partido que gobernó durante unos cuantos años en los que, si no recuerdo mal, estaba vigente la actual ley y, si sigue sin fallarme la memoria, hubo unos cuantos millares de abortos. No recuerdo que hubiese manifestaciones tan multitudinarias y con tanto eco mediático como las de estos tiempos de gobierno socialista. ¿Acaso los abortos con Aznar no eran asesinatos?
Este tipo de cosas son las que indican con bastante claridad cómo nuestros líderes políticos y mediáticos (no tengo claro quiénes mandan más) nos toman el pelo con una facilidad impresionante. Nos sacan a la calle cuando quieren y nosotros les hacemos el juego con alegría. Ahora toca desestabilizar el ya de por sí tambaleante gobierno de ZP, así que sacamos a la gente a la calle para ver cómo reaccionan esos gobernantes que tanto pregonaron estar cerca del pueblo cuando éste sale a la calle a expresarse. Sé que esta manifestación no la ha convocado el PP, pero sí hay unos cuantos medios de comunicación interesados en que el PSOE deje de gobernar (en eso estoy con ellos) y eso le viene muy bien al PP.
La gente salió en masa a la calle en contra de la guerra de Irak (también se hablaba de millones para cada “manifa” que se montaba) y ahora no sale ni el “tato” para decir algo en contra de la de Afganistán. Con el aborto, ocurre lo mismo pero a la inversa: Nadie decía ni pío (o piaban muy bajito) en época de Azanar y ahora toca gritar alto.
Somos tontos, muy tontos. Algunos muy bien intencionados, pero igualmente tontos. Nos utilizan y nos dejamos utilizar. Sólo nos atrevemos a defender ciertas ideas cuando sabemos que va a haber “millones” de personas junto a nosotros defendiéndolas, pero cuando surge un debate entre amigos se nos come la lengua el gato y, en general, no somos capaces de justificar ninguno de esos “valores” de los que presumimos cuando estamos dando botes en medio de una “manifa” cualquiera.