
En fin, que el PP está en el candelero (o en el candelabro, según se quiera) y al final uno no sabe qué es lo que realmente pasa, pero pasar, pasa algo. No sé si Rajoy y quienes le apoyan, han diseñado un nuevo discurso político (sea eso lo que sea) o si han pensado en modificar sus principios (tampoco tengo muy claro lo que tan solemne palabra significa). María San Gil deja sus cargos actuales porque no se fía de Rajoy, pero yo no sé cuál es la razón por la que ya no se fía de él. A lo mejor lo ha dicho y los medios de comunicación, tan interesados y tendenciosos como los propios políticos y como casi todo hijo de vecino, no nos lo han contado.
Ruiz-Gallardón parecía triste porque Rajoy no satisfizo sus deseos de ir en las listas al Congreso de los Diputados, pero ahora está contento porque Mariano cuenta con él para no sé qué. Jiménez-Losantos apoyó la candidatura del PP en las pasadas elecciones, pero ahora ataca sin piedad al líder de la oposición y a su nuevo equipo (con Soraya tiene cierta fijación).
Sin decirse claramente, da la impresión de que el problema con el PP es que quiere ser más dialogante (un concepto más cuyo significado real no comprendo) y esto acaba entendiéndose como que quiere estar más abierto a los nacionalistas. Parece que nadie ha dicho eso concretamente, pero es lo que algunos acabamos deduciendo.
Al final me quedo con la idea de que algo pasa pero nadie sabe qué es o, mejor dicho, cada cuál está seguro de lo que ocurre y, curiosamente, lo que unos piensan no coincide con lo que pasa por la cabeza de los otros. Ante tal panorama yo me pregunto si no sería más sencillo que Don Mariano explicase por qué ha decidido poner a Soraya Saénz de Santamaría en el puesto de Zaplana, si Acebes nos contase los motivos reales para retirarse, si María San Gil contase por qué no se fía de Rajoy, si Ortega Lara explicase los motivos para devolver el bonito carnet del PP, etc. Zaplana no hace falta que cuente nada, su nuevo sueldo es bastante explicativo de las razones de su abandono.
Me doy cuenta de que pedir sinceridad y transparencia a los políticos y a los periodistas es una completa sandez, pero por pedir que no quede. Yo, como respuesta a estos estímulos negativos que me provoca el ver estas riñas entre unos y otros dentro del PP y fuera de él, he decidido que no volveré a votarles hasta que no me convenzan de que no son tan memos como el resto. De momento, como el partido de Rosa Díez no tiene ninguna posibilidad de gobernar, es un partido en el que se dice lo que se piensa, y eso me gusta y, como me gusta, les daré mi voto a ellos. Ya veremos qué pasa si acaban, dentro de muchos años, siendo un partido grande y con posibilidades de llegar a la bancada azul (probablemente también enloquezcan).