
Parece que Papá Noel olvidó dejarles esos regalitos, o bien, dado su gran diámetro abdominal, no pudo meterlos en los zulos previstos para depositarlos. El caso es que nuestros pobres chicos de ETA se han enfadado un poco más de lo que ya lo estaban (las quemas de cajeros y algún que otro autobús ya indicaban que muy contentos no andaban) y han decidido aguar las Navidades a tantos como puedan para compartir su malestar (compartir es hermoso).
A ver si ZP consigue calmarlos y logra que los Reyes Magos les hagan algún presente para que vuelvan a ser los buenos chicos que siempre han sido. Después de todo, aún no han matado a nadie y seguro que sus Majestades de Oriente pueden hacer la vista gorda a esas “bromitas” que gastan a sus conciudadanos no nacionalistas haciéndoles la vida un tanto ingrata, o esas cartas reclamando el “aguinaldo” a algunos empresarios.
Este ha sido un escollo más en el “largo, duro y difícil” proceso de paz, pero no hay que desanimarse, mientras nuestros “traviesos amigos” no maten a nadie, no hay problema, podremos tolerar que se adueñen de la calle y que nos den algún que otro sobresalto en forma de bomba. ZP sabrá llevarlos por la senda de la paz, la libertad y la democracia y, algún día, todos viviremos armoniosamente.
Sobre el ahorcamiento de Sadam (o de alguno de sus dobles), querría decir que me parece absurdo e inútil matar a alguien que está imposibilitado de delinquir. No le veo sentido, la verdad. Seguro que hay mucha gente a la que ese hombre causó mucho mal ¿pero qué alivio se puede sentir por ver cómo lo cuelgan de una soga? ¿Repara eso de algún modo el dolor que ese desgraciado causó?
He visto alguna fotografía de gente celebrando la ejecución (igual que hubo manifestaciones de júbilo por la muerte de Pinochet o como las habrá cuando muera Castro) y no alcanzo a entender cómo algo así puede alimentar el júbilo de la gente. Comprendo que esos hechos infundan en las víctimas cierta sensación de liberación, pero no entiendo que eso les anime a salir a la calle a dar botes y gritos de alegría.